El acelerado crecimiento de la población en las pequeñas y grandes ciudades ha forzado la organización de los sitios urbanos, esto lleva a cuestionar la forma en la que se planifica. Los asentamientos de calles y edificios que nos rodean no crecieron por si solos, todo fue planificado y desarrollado por alguien ya sea de forma parcial o voluntaria, para esas épocas se ajustaban gradualmente entre el uso y la estructura, oportunidad con la que actualmente no se cuenta. Esto lleva a reflexionar sobre por qué se debe planificar y en qué medida se debe hacer, ya que cualquier asentamiento humano sea del índole que sea ha sido planificado de algún modo por decisiones fragmentadas.

El emplazamiento siendo un arte antiguo ha tomado dimensión en el mundo actual, y para ello se puede contrastar los diseños realizados en grandes lugares de Asía y Europa con el diseño del sitio en Estados Unidos que en parte refleja falta de habilidad y preparación, ya que se emplaza de modo en que se deje los detalles a un lado y se tome más en cuenta la manera en que los edificios son introducidos en los pocos espacios disponibles.

En la antigüedad el pensamiento era que el medio ambiente físico determinaba el carácter de la vida, pensamiento que posteriormente fue superado pero que conllevo a pensar que el medio ambiente no tenia consecuencia sobre ella, pero ambos pensamientos estaban tan ciertos como errados, es decir, que concluye con que el organismo y el ambiente se interrelacionan y el entorno es tan social como físico. A medida que el humano se multiplica y desarrolla la tecnología la organización o la planificación de los suelos y los espacios se vuelven importantes para la calidad de vida. Esto nos dice que un emplazamiento bien estudiado y realizado puede ayudarnos tener un habitad bien organizado que sea productivo y sea una fuente de riqueza como cualquier recurso natural. Emplazar no es solamente el arte de organizar el entorno físico exterior, sino también un complejo sistema de estructuras, superficies y espacios, seres vivientes, climas y demás detalles.

El diseñador en principio ignorará la zona en la que planteará su diseño, ajustándose siempre a las demandas y teniendo en cuenta que solo será un aporte para diseñadores futuros que irán modificando las estructuras que a su medida seguirán su plan en relación a la tendencia futura. Los objetivos siempre estarán presente en la mente de un diseñador, con los que pueda satisfacer y determinar la calidad de vida del ser humano, y estos objetivos van desde cómo albergar una cierta cantidad de familias en un espacio determinado y la orientación cardinal de las fachadas, la manera en que los edificios mantengan su confort tanto en invierno como en verano o la simple manera en la que los peatones puedan cruzar de una acera a otra, todo estos objetivos se alcanzan gracias a las destrezas alcanzadas por los diseñadores sea por sus experiencias propias o por los conocimientos heredados por otros colegas que han ido trasmitiendo las técnicas de este arte antiguo.