¿Es fundamental la figura del arquitecto hoy en día en la ciudad?

Acabemos con el arquitecto, y tendremos grandes ciudades monótonas, modernas, y con funcionamientos perfectamente calculados.

Acabemos con el arquitecto, y podremos poner en práctica los planes de ordenación urbana de todos los ayuntamientos.

Acabemos con el arquitecto, y se acabarán las reflexiones sobre el tejido urbano, sobre cómo interaccionan los usuarios, sobre cómo mejorar su calidad de vida.

Acabemos con el arquitecto, y se habrán acabado las ideas controvertidas, la innovación, podremos acomodarnos en el pasado y olvidarnos de la evolución.

Acabemos con el arquitecto, y nadie luchará por una ciudad en la que se pueda respirar.

Acabemos con el arquitecto, y podremos convertir nuestras ciudades en cajas de almacenamiento de personas.

Acabemos con el arquitecto, y al fin seremos libres para echar abajo todo lo “viejo” y “desfasado” para poder elevar los rascacielos de la ciudad moderna sin tener en cuenta la ciudad histórica.

Acabemos con el arquitecto, y no habrá problemas que tengan que ver con unos u otros materiales o simplemente con rajar una parte del tejido para introducir una tubería de gran importancia.

Acabemos con el arquitecto, y otros personales no cualificados podrán dar forma a la ciudad con el mismo criterio con el que el abogado opera una apendicitis.

DEFINITIVAMENTE, ACABEMOS CON EL ARQUITECTO, y acabaremos con la ciudad.