Un paseo por la Alhambra, la ciudad de las mil ventanas. De gran monumentalidad, de imponente presencia, de gran poder y de piel vigorosa. Lo que contrasta con su parte más íntima e interesante: los interiores. Con esta postal quiero reflejar la sensibilidad de la propia obra arquitectónica, la cual se mira, se observa, se siente y se incluye en el Albaicín a través de sus ventanas.