Este texto sube el problema de la definición del espacio público. Desde los tiempos revolucionarios, las obras impresionistas, los grandes proyectos europeos de planteamiento de la ciudad... Las cosas se tratan más y más desde el exterior. La vida y las decisiónes salen de los lugares vallados para exprimirse afuera. Así, a medida que el espacio público se converti en espacio colectivo, popular... se teñe de banalidad.

Todo sitio de la ciudad sujeto a una intervención pone el nombre de espacio público, olvidandose de su complejidad original, del sentido que tiene ya.

En una sociedad de espectaculo donde todo tiene que ser atractivo, el espacio público soporta a menudo intervenciónes exteriores con la meta de transformarlo en algo especial, exceptional mientras que lo es por naturaleza si esta mirando por personas que saben o queren mirarlo.

Al lugar de reconocer el potencial original del espacio público, se ve como una oja blanco sobre lacual tenemos que inventar, calificar, identificar cosas, ambientes y uso... O porque parece sin paseo o porque este paseo no nos gusta.

Resultando como obra de unos que plazan dentro sus ideales - que sean de sueño político, artistico, tecnológico... - se cubre de todos modos de una oja artificial, como el mantel que cada familia, a su imagen, pone en la mesa a medida del tiempo.

Seguramente que a travès del tiempo, la cualidad principal del espacio público se converte en esto: un lugar donde la riqueza se encontre en la espesura de las capas de tiempo, de identitad, de proyectos... Una riqueza que no se ve necesariamente pero que tenemos que imaginar en un sentido de memoria colectiva.

Porque cada ambición sobre el espacio, que sea justa o mala, abierta o autista, efímera o pérenne... es representativa, quizás paradojicamente, no de su espacio sino de su tiempo y esto, nadie lo puede negar.