Actualmente nos encontramos en el dilema de planificar o no el entorno que nos rodea, ya que pensamos como más bellas aquellas zonas que han surgido de forma espontánea mientras que las planificadas las sentimos más incómodas y feas.

Sin embargo desde mi punto de vista cuando algo se encuentra bien organizado en su esencia parece que esa configuración que tiene le deviene de forma natural, como algo que siempre ha estado ahí. De la misma forma en la que la arquitectura más bella es aquella que a primera vista parece sencilla, que no simple, pero que detrás de cada pequeño movimiento nos encontramos con un gran significado.

Todo en sí por pequeño que parezca debe de tener una cierta planificación que exige a alguien pensante tras de sí.

Por lo que la cuestión en sí no está en si debe o no planificarse el medio sino la medida en la que este se planifica, es decir, la libertad con la que se deja actuar al azar.

El artículo compara la arquitectura hecha antiguamente en lugares como Pérgamo, Pekín (Palacio Imperial), con la que está sucediendo ese momento en los Estados Unidos, donde todo es convencional, descuidado y superficial. Sin ir más lejos en ciudades como Granada nos encontramos también ese tipo de arquitectura sin carácter propio que parece servir más al dinero que a las personas a las que va destinada.

Arquitectura que no nace pensado en el emplazamiento, que funciona como objetos que se van colocando arbitrariamente en el sitio demandante, en lugar de una arquitectura que responda a las necesidades propias del lugar.

Es precisamente esta época por la que estamos atravesando, en la que no solo explotamos recursos sino personas, en la que se hace de especial relevancia la organización del medio como forma de evitar el deterioro extremo del paisaje.

Porque "emplazar consiste en el arte de organizar el entorno físico exterior como soporte del comportamiento humano", lo que lo convierte en uno de los principales responsables de que la vida humana se desarrolle de forma confortable.

Es hacer arquitectura que sirve las necesidades de las personas y medio en lugar de personas sometidas a ella.

Es por esto por lo que resulta importante no el implantar una nueva forma de vida ajena a las personas que les resulte fría e incómoda sino conocer tanto a las personas que van a habitar el lugar como el papel que desempeñarán en él.