La importancia de los ejes urbanos es clave para la comprensión de los propios habitantes de un lugar, y su implantación determina en mayor o menor medida cómo funciona la ciudad.

En muchos casos se observa una desconexión en los planes urbanísticos del nivel teórico con la realidad del contexto en que se implantan. Así creamos ciudades no consecuentes con el medio físico, y sobretodo, las modificamos imponiendo nuevos modos que la propia urbe (como ente orgánico) no había desarrollado 'naturalmente'; algunas de estas actitudes afectan a la propia calidad de vida de los habitantes, y a sus relaciones personales.

Los ejes son vínculos, y no creo que se tengan que limitar a una definición puramente geométrica que los aboca a la simpleza de una línea recta; pienso en ellos como auténticos motores de las vidas ciudadanas, siendo capaces de acelerar los ritmos cuando deben, frenar en una cafetería en esquina, o contar la propia historia de la ciudad.