Hoy conocemos un concepto llamado "espacio público", pero no existe definición para este, sino que se usa en cualquier caso sin resolver, a modo de excusa para alguna parcela sin edificar.

Entendemos la urbanidad como la condición colectiva, rodeada de edificios afectados por características funcionales y estéticas. Por otro lado, juzgamos qué dicta si un espacio es mejor o peor: resuelve los problemas, atiende a la vida social, etc.

Además, se cuestina el por qué cierto espacio se destina como público o privado; ahora nos preocupamos de la relación humana, por lo que hay más gente que ejerza la actividad relacionada.

Algún defecto aparece en el momento de ejecutar un proyecto urbanístico, como no lograr despersonalizar el espacio creado y destinado a ser público. Incluso la elección de la situación: solares vacíos, rincones...

Al final, es un lugar de convivencia, pero planificado. De esto deducimos dos cosas: los espacios se configuran según los programas contemporáneos de los habitantes del lugar; y contamos con diseños restringidos. 

Aunque no es una arquitectura a cota cero, si que sirve de conexión con ella. También es puente de unión con la idea histórica y la materialidad de la zona.

Foto de portada: Superstudio

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