Las ciudades nos estan deshumanizando, aunque seguramente sea injusto echarle la culpa a éstas, ya que están sufriendo esa falta de humanidad tanto como nosotros. Se trata a las ciudades como simples animales de trabajo, atandolas y guiandolas por donde a algunos más les convien para alcanzar el máximo beneficio particular explotandolas al máximo de una manera, pues eso, inhumana.

Las ciudades, o aquellos que poseen el poder de hacer con ellas lo que se les antoja, nos han ofrecido una notable mejora en nuestra calidad de vida al nivel más fundamental desde un punto de vista sanitario y económico, pero ¿y el social? parece ser que no interesa demasiado mientras las ciudades sean eficientes para el tráfico y rentable para los bolsillos. La periferia pasa a ser simples dormitorios, casas grandes con verdes jardines, pero creando barrios muertos, vacios, quietos. El centro conserva el trabajo y la vida en los mejores casos. Hay que propiciar que se viva la ciudad, evitando ejemplos de vivienda común autosuficientes que propician el que puedas permitirte el no pisar la calle.

Se está destruyendo el concepto de ciuadad como habitat de las personas, como el lugar donde vivir y no simplemente existir. Hemos sido capaces de otorgar espacios y movilidad a los automóviles haciendo de las ciudades su territorio, si hemos podido dárselo a ellos, posiblemente regalarselo a uno mismo será mucho más sencillo.

Una de las frases más acertadas del vídeo me ha parecido una que dice algo como ``no se infunde vida a una ciudad planificandolo todo, si no permitiendo que pasen cosas de forma orgánica y favoreciendolo. La vida surge cuando a la gente se le deja contribuir´´ Las ciudades son de todos, y como dueños de ellas todos hemos de hacerlas más humanas, habitables, cómodas. Es facil y barato hacerlo así, no es dificil saber lo que una ciuadad quiere, y aquí con ciuadad me refiero a aquellos que la viven. Hay que dejarla fluir dentro de un marco que el urbanista ha de diseñar como una modista un traje a medida, ese marco ha de favorecer a la ciudad lo más posible, pero permitiendo su libre movimiento y crecimiento y sin olvidar que las ciudades son para las personas.