El texto nos hace una clara distinción entre las ciudades naturales (creadas de manera espontánea a lo largo del tiempo) y las ciudades artificiales (creadas por planificadores o diseñadores).

Las ciudades artificiales siempre carecen de algo que tienen las otras, la vida, actividad. Se ha intentado dar solución en este aspecto mediante diferentes propuestas pero no es fácil. Lo imprescindible seria descubrir cuál es la característica que le da vida a las ciudades.

La clave estaría en la organización en semirreticulo, que en resumen se puede definir como una superposición de sistemas, es decir, la interacción de unos elementos con otros. El problema en la planificación actual, es la organización en árbol, ciudades artificiales o partes de esta, que carecen de vida natural, llegando incluso a veces a convertirse en núcleos aislados. Sin duda, la planificación en semirreticulo es mucho más compleja que la de árbol, llegando incluso a ser compleja para nuestro cerebro ya que se ha demostrado en estudios que tendemos a la estructura de árbol para simplificar, y precisamente esto es lo que puede estar influyéndonos a la hora de diseñar ciudades…

Antiguamente muchas ciudades se formaban a partir de campamentos militares (organización de ejercito) cuyo fin era crear disciplina y rigidez, fenómeno que se repite actualmente en la ciudad y sus habitantes. La estructura social moderna es diferente a la antigua, hoy día está llena de sobre posiciones, es decir, los sistemas de amigos y conocidos forman un semirreticulo no un árbol, por lo que lo lógico igualmente seria hacer ciudades con la misma estructura.

Actualmente, los modelos de planificación provocan desequilibrios ya que se dan muchos casos de gente que trabaja en un área o comunidad distinta a la que viven, con los consiguientes desplazamientos, tiempo, contaminación que suponen…pierden calidad de vida.

Tampoco resultaría valida una superposición sin sentido o que no resulte la correcta pues puede provocar caos, de ahí la complejidad.

Está claro pues, que las ciudades no se deben concebir como árboles, pues lo que se provoca es la disociación de las ciudades, aislamiento, y el consiguiente deterioro de estas. No se puede tender al agrupamiento sistemático de cosas o funciones, sino que todo quede interrelacionado entres si, creando vida, ciudad.