Gómez Ordóñez nos propone en este texto los diferentes significados y sentidos de lo que consiste en trazar el territorio. En primer lugar, piensa que trazar el camino es una forma de orientarnos, colocando hitos y lugares de referencia que nos permita identificar un lugar como tal. También se trata de una forma de conectar lugares, de dar densidad y unicidad a los diferentes espacios. Aunque trazar también es todo lo contrario, se trata de crear límites, de establecer un orden claro –mediante retículas y cuadrículas, por ejemplo-. Significa dar un sentido de escala, comprender las medidas y las jerarquías. Consiste también en encontrar un sentido geométrico, que sea capaz de crear un orden y comprender el sentido que adopta un lugar.

Es de recalcar cómo habla aquí de una adaptación a los límites, siendo de importancia, y dice no ser “un ejercicio de servidumbre sino de proyecto unitario”. Realmente, finaliza el autor, trazar es un ejercicio de síntesis de todo lo anterior y debemos conciliar y poner en práctica las ideas que él mismo defiende a lo largo del texto.