"La ciudad no es un árbol". Es un sistema, más complejo (no es fijo en ninguna manera) en el cual las diferentes partes están o deben ser perpetuamente en relación. Es en efecto la interacción y la creación de relaciones recíprocas entre los diversos conjuntos "urbanos" que permite la colocación de una estructura definida de la ciudad.Hay varios tipos de ciudades : las ciudades que el autor cualifica "naturales", pueden ser asimiladas a una organización de un « semirretículo », por oposición a las ciudades "artificiales" que resultan de un dibujo global, inalterable : un árbol. Pienso que lo que falta en la ciudades artificiales, lo que no es permitido por la rigidez de su esquema mental (el del árbol) es la improvisación, lo imprevisto, la inesperada. Todo lo que hace la vida. Lo que hay que retener según yo de este texto, de esta " ley matemática " demasiado densa del urbanismo, es que es esencial hacer prevaler el sentimiento de vida que se encontraba en las ciudades naturales antiguamente. El árbol es el vehículo más fácil para elaborar ideas complejas, pero la ciudad no es, no puede ser y no debe ser un árbol. La ciudad es un receptáculo de vida. Hay que tomar en cuenta, Todas las eventualidades (incluido los errores). La ciudad no debe, a manera del árbol ser percibida como un sistema cerrado.