Comentario Jan Gehl "The human scale"

El documental “The human scale” es una reflexión de la vida en las ciudades inspirado en los estudios del urbanista Jan Gehl, quien ha dedicado toda su vida a investigar el comportamiento del ser humano en entorno urbanos. Además hace un análisis del diseño y la planificación urbana poniendo el foco en las personas que habitan en las ciudades. 

Las ciudades son focos financieros y económicos configurados para servir al capitalismo global iniciado a partir del siglo XVlll debido a las migraciones rurales hacia las zonas urbanas en busca de mano de obra para el sistema industrial y por consiguiente cambiando de forma radical el hábitat humano en los países industrializados del planeta. Este proceso ha aumentado tanto que en la actualidad el 54% de los humanos residimos en ciudades.

Por ello, es necesario entender que las ciudades son humanas, ya que son seres humanos quienes las habitan. Somos grupos humanos que comparten un espacio común de intercambio social siendo la calle el símbolo principal.

Aunque, sin embargo, detrás de cualquier proceso o actividad económica siempre estén presente las personas, parece que preguntas tan simples como ¿Quién habita las calles de la ciudad? ¿Coches o personas? Las calles de la ciudad ¿Son espacios públicos de calidad?, no han estado en el centro del debate urbano y como consecuencia las ciudades se han convertido en epicentros para la economía, transporte de mercancías, dejando a los humanos en un último término y en general desplazados de los centros a la periferia dificultando así su relación.

En este contexto desolador comienza la necesidad de poner a las personas en el centro de la planificación de las nuevas ciudades y la rehabilitación de ciudades ya afectadas. 

Nuestra costumbre es relacionar la buena vida de las ciudades con el desarrollo en el que se crece más y ésta es peor donde las ciudades se desarrollan menos, sin embargo debemos mirarlo desde el punto de vista de la mejora de la calidad de vida de las personas y que esto depende de las posibilidades que tenemos de satisfacer adecuadamente nuestras necesidades humanas fundamentales. ¿Cuáles son esas necesidades? Podríamos entender que estas cambian en cada época, cada cultura y con cada persona pero realmente lo que cambian son los satisfactores de esas necesidades, alimentación, vivienda o abrigo…

Por lo tanto, en mi opinión, para mejorar estas necesidades se debería: limitar el tráfico de automóviles, aumentar áreas verdes, estimular el uso de bicicletas, construir edificios más bajo para ver más el cielo, más espacios recreativos y en definitiva favorecer comunidades urbanas más felices capaces de cohabitar mejor.