Este título se presenta como una metáfora que hace referencia a un esquema mental. Ciudades naturales y ciudades artificiales, son los dos modelos abstractos y distintivos entre sí que simbolizan la manera en las que se han creado las ciudades, la primera, han sido las ciudades que de manera natural se han ido extendiendo de forma espontanea por el crecimiento de la población y las necesidades que esto conlleva; la segunda, son aquellas ciudades que han sido planificadas por diseñadores de forma deliberada. Un tema curioso es que en la actualidad se reconoce que las ciudades artificiales carecen de la belleza y arte que poseen aquellas ciudades naturales, en las que los mismos arquitectos reconocen que prefieren vivir en edificios antiguos que en los edificios modernos. En este empeño, muchos arquitectos plantearon diversos diseños que traían a la actualidad aquellos elementos daban vida a la ciudad natural,  ya que se dieron cuenta que estaban convirtiendo al mundo en un planeta lleno de caja de acero y vidrio, sin embargo terminaban recreando los viejos esquemas sin poder otros nuevos.

Algunas soluciones han sido planteadas mediante críticas a modelos de diseño, en las que se plantea captar las riquezas de las formas de las casas de las antiguas ciudades, otra idea plantea que las ciudades podrían ser organizadas como la Grand Central Station en la que la ciudad cobraría vida mediante una alta densidad urbana en que la gente paseara y caminara en multitud por las calles como si fueran pasillos y galerías a distintos niveles. El problema no es solo recrear de nuevo los antiguos diseños, es decir, reconstruyendo de nuevo viejos pueblos o plazas europeas, ya que es necesario investigar y entender a profundidad las características que los antiguos ordenadores urbanos regían sobre sus diseños y que daban esa vida que hoy en día no se ha podido recuperar en los más modernos conceptos.

Cuando se habla de la naturaleza del principio ordenador que distingue ambas ciudades, nos lleva a pensar en un complejo sistema que se interrelaciona, organizando así a la ciudad artificial como un semirretículo y a la ciudad artificial como un árbol.