Proyecto: Urban Games 2017
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
En cierto punto, Solà-Morales menciona que las ciudades se han convertido en espacios mucho más interesantes con el paso del tiempo. Una ciudad es un recipiente contenedor de gente, de vida, de diversidad. Nuestro deber, si es que queremos contribuir a este creciente desarrollo, es aprender a entender la cultura de una ciudad, saber ver su interés, y como arquitectos, esforzarnos en pretender hacer un buen urbanismo. Pero para esto en ningún momento podemos dar de lado a esa vida que mencionábamos y que es dueña de la ciudad, pues acabaríamos deformando una realidad que está llena de necesidades, de conflictos por resolver, y como resultado crearíamos una ciudad de mentira. Esto es algo que también critica Solà-Morales, y es que las grandes arquitecturas más publicitadas se están convirtiendo en una “enfermedad”. Cuando ignoramos unas necesidades y sólo nos centramos en construir grandes edificios que den de hablar estamos olvidando a los ciudadanos (que después tendrán que convivir con nuestras decisiones) para construir simplemente objetos bonitos, y de eso no debería tratarse el urbanismo.
Otro de los puntos que trata que me ha resultado interesante es el de las esquinas. Pensar en esquina no como intersección física de elementos sino como un concepto de punto de encuentro, intercambiador social. Ahora, con esta nueva definición podríamos ver una pequeña plaza (el punto de encuentro) como una esquina, e igualmente con un edificio emblemático, una fuente, o incluso un árbol reconocido. Por supuesto, además de dotar a puntos reconocibles del valor de una esquina, cabe pensar en crear nuevos espacios con esta misma función. Como bien dice, sería interesante desarrollar el tema y conseguir convertir algo tan asimilado físicamente como esquina en algo más.
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