Se ha demostrado que las calles compartidas para  coches y peatones en una misma plataforma se convierte en un espacio mucho más cordial para los viandantes. La calle se transforma no solo en un mero espacio para hacer frente a los desplazamientos sino también en un espacio que multiplique la interacción de los usuarios, por ejemplo, un espacio para el juego de los niños, o sacar una silla a la puerta de la casa como se hacía antes. Puede parecer que mezclar coche y peatón puede ser peligroso sin embargo este hecho hace que el conductor esté más atento, vaya a una menor velocidad y que haya un respeto mutuo. Estas calles compartidas tienen en cuenta el transporte público  para reducir el número de coches. La manera en que se implante este transporte público, a mi parecer, debe ser también respetuoso con los peatones, que no vuelva a producir la brecha que criticamos en las calles compartimentadas de hoy en día. Quizá sea conveniente que el transporte público sea principalmente la bicicleta, incentivar el uso de la misma. ¿Poe qué? Porque además de ser respetuosas con el medio ambiente, a nivel urbano, es más cercano  que el coche, las dimensiones que necesita la calle para que pasen ellas es la misma que la calle para ser andada, a diferencia del coche que por su mayor rapidez necesita carriles mayores, fuera de la escala humana.

Con esta idea de la escala humana podemos seguir hablando del video sobre Los Superbloks Barcelona. La ventaja, como se comenta en el texto, es que la ciudad fue ideada por Ildefons Cerdà y construida antes de la llegada de los coches. Esto se traduce en espacios a la escala del hombre. La intervención que se explica en el texto me ha resultado muy interesante. En su simplicidad radica el que sea fácilmente llevada a la práctica. Atiende a las necesidades de calles pensadas para una mejor vida de las personas. Todo ello sin renunciar a una buena comunicación que queda a las afueras. Me parece además una solución que de funcionar bien puede inspirar nuevos urbanismo que no entiendan las calles solo como transito y rapidez.

Y es que la manera en la que hacemos las ciudades tiene una traducción directa en el modo de vida de esa ciudad como explican en el documental de La Escala Humana. Me ha parecido muy interesante las intervenciones del  estudio de Jan Gehl preocupados por la vida en la calle. También que se tenga en cuenta la participación de los vecinos y escuchar cómo quieren que sea la ciudad en la que viven.  También se habla de no dar el proyecto como terminado, Que no se haga un plan de actuación en un principio y que no sea revisado. Me ha parecido muy interesante que el proyecto consista en ver que ocurre en la ciudad, que espacios surgen espontáneamente y cómo  posteriormente tu proyecto puede acoger. Se estará así en la certeza de que esos espacios van a funcionar, que la ciudad los va a aceptar.