El texto nos expone que el turismo, la nueva solución del S.XXI como industria y motor económico no es tan agradable como parece. Todo bajo dos puntos de vista. Desde la visión del turista, tenemos la opinión de que el turismo es algo maravilloso y espectacular. Pero desde el residente, que habita en la ciudad turística no lo es tanto desde ciertos aspectos. Cuando el turismo toma más poder que los habitantes de la ciudad llegamos a problemas graves. Donde el turismo genera, manipula y gestiona la ciudad. Pero la ciudad, ¿es de quien las viven o de quien las visitas?. Pues hoy en día nos preocupamos más de la imagen que de la formación, lo cual puede destruir vida en barrios, relaciones entre los ciudadanos como panadero-frutero-cliente. 

Pero este aspecto negativo no se puede llevar a todos los ámbitos, pues el turismo crea ciudades, como Dubai y más cercano la costa del sol. El turismo tiene la opción de crear pero crea en temporadas. De donde yo vengo, el turismo es un regalo, si hay turismo hay vida en el pueblo, hay beneficios y todo marcha bien. En mi caso Estepona, sufre un turismo residencial, que consta de urbanizaciones a las afueras de Estepona y grandes hoteles a las afueras, lo cual mantiene “alejado” al turismo residencial dentro del centro histórico de la ciudad. Por lo tanto se mantiene la integridad y la esencia de lo que es la ciudad pero con ese empuje de vida que coge en los meses de verano. 

En conclusión, desde mi punto de vista el turismo es algo importantísimo en la vida actual, siendo todos turistas, pero nunca olvidando que somos un segundo plano frente a los habitantes que conforman un lugar.