Inevitablemente hay un cambio de concepto de lo que en un principio era la ciudad y en lo que se está convirtiendo. En muy pocos años, la población ha crecido considerablemente, multiplicándose en determinadas ciudades. Estamos a punto de llegar a la completa urbanización del territorio, al momento que no seamos capaces de albergar, de ofrecer vida, a nuevos habitantes; o si lo conseguimos probablemente será en pésimas situaciones.

Probablemente por este crecimiento se pierda cada vez más la calidad de vida urbana. Se convierte más funcional que estética, en el estricto sentido de albergar más gente, más negocio, más economía.

Cito lo siguiente del texto de Rem Koolhaas, que para mí define lo que nos quiere llegar a transmitir con el texto, y lo que, lamentablemente, se está dando actualmente: “Los profesionales de la ciudad son como jugadores de ajedrez derrotados por un ordenador.” Intentan hacer de la ciudad un negocio, sin tener en cuenta a las personas que viven en ella ni a las que vivirán. Esto podría ser cuestión de política o economía, en la equivocación de no dar cabida a la calidad de vida.

Que exista la prioridad de “poder” ante “humildad” de la ciudad, hace que el concepto de esta haya cambiado respecto a lo que naturalmente era, con el objetivo de ofrecer calidad de vida a los ciudadanos, el de “hacer ciudad”. La tarea de hacer humilde una ciudad la tienen, en gran parte, los urbanistas y los arquitectos, pero el mayor problema que se presenta tiene que ver con lo político, lo económico y otros diversos factores, que hacen de esto una tarea difícil. Tienen “las manos atadas”, sin cabida a fantasías, ideologías, ilusiones, pretensión…

A lo largo de estos años hemos ido desatendiendo ciertas competencias de la ciudad como tal, dándole únicamente paso a las edificaciones. Cito la frase del texto: “Ahora vivimos en un mundo sin urbanismo, sólo con arquitectura, cada vez más y más arquitectura. La seducción de la arquitectura está en su limpieza, en cómo define, excluye, limita, en cómo separa del ‘resto’”. Desde mi punto de vista, comparto el hecho de que se está olvidando la ciudad cuando se construye un edificio, que mucha de la arquitectura contemporánea deja de lado a los ciudadanos para hacer una edificación privada, aislada, limitada. En cambio, no creo que al construir un bloque de edificios, por ejemplo, no se pueda hacer creando ciudad, como así induce a pensar el texto.

Como último aspecto de la lectura, resaltar la idea de un “nuevo urbanismo”. Al llegar a la completa urbanización del territorio, como he dicho anteriormente, la condición urbana ya está generalizada, por lo que el urbanismo no volverá a hablar de ‘nuevo’, sino pensar en modificar, mejorar y creer en aquello que ya existe.