En las ciudades interviene la arquitectura y el urbanismo, esta disciplina nace en el siglo XIX gracias a planes como el  de Cerdá y el de Haussman. El urbanismo está sujeto a cambios, a medida que nosotros mismos vamos evolucionando, se adapta a nuestras necesidades e intenta entender el medio que nos rodea.

José Luis Gómez Ordoñez pretende, en este articulo dejar ver la relación entre arquitectura y urbanismo, la relación necesaria que existe entre ellos, se relaciona el ámbito privado con lo público. Esta relación intenta evitar la creación de únicos objetos que se coloquen en el medio sin entenderlo y comprenderlo primero, defiende una arquitectura que tenga en cuenta lo que le rodea, su orografía, vegetación, población, luz, morfología… 

Para hablar de esta relación, se habla de las Siete Lámparas de la Arquitectura de Jhon Ruskin, estas siete ventanas son: belleza, verdad, sacrificio, poder, vida, obediencia y memoria.

Estas lámparas hablan de la necesidad conciencia al implantar una arquitectura en un lugar, la necesidad de adaptarse a su entorno, su época, materiales, orografía. Tener en cuenta su inclusión social, para conseguir la igualdad. Debe entender el pasado del lugar así como anticiparse a su futura y las necesidades que este pueda acarrear, que se vaya amoldando al paso del tiempo. La inteligencia a la hora del uso de materiales desde su punto medioambiental como el económico. Es importante, a su vez, la necesidad de cambio, de innovación, de crear una arquitectura que tenga un impacto en las personas, en sus actividades y forma de ver estas actividades, crear nuevos espacios. 

La arquitectura en resumen debe ir de la mano del urbanismo y todo lo que ello conlleva para estar al servicio de quienes habitan el lugar, debe estar a su disposición, de ahí la necesidad de empaparse del entorno a trabajar, de conocerlo y entenderlo para crear una arquitectura que se adapte y amolde a las necesidades.