En el texto de Kevin Lynch se nos habla de la importancia del emplazamiento de la arquitectura en un sitio determinado.

Según el autor, la verdadera cuestión no es plantear si los sitios deben ser o no planificdos sino en qué medida deben serlo. Desgraciadamente, en la práctica el emplazamiento es lo últimmo en lo que se piensa; se hace al azar, precipitadamente o es una simple subdivisión en la que los edificios, previamente diseñados, se colocan mecánicamente.  Un ejemplo claro es de los Estados Unidos donde el emplazamiento es descuidado, superficial y feo.

Sin embargo, el eplazamiento tiene una gran repercusión sobre ámbitos muy variados, desde el más mínimo detalle estético de la ciudad hasta el modo de vida de una población entera. El emplazamiento va a limitar lo que la gente haga allí y, al miso tiempo, puede abrir nuevas oportunidades.

Por ello el autor recomienda seguir las siguiente proceso para llevar a cabo una correcta planficación. El proceso comieza por conocer las peronas para las que se va a crear el sitio y de cuál va a ser su papel en él. Luego se realiza un anáisis de la situación: estudio del sitio, capacidad de ejecución, tecnologías con las que se va a realizar. Además, se debe tener claro cuál es el objetivo, los costes y las limitaciones del terreno; sin estos datos el emplazamiento no puede empezarse pero, desgraciadamente, no es fácil conocer el objetivo que realmente necesita o quiere el cliente por lo que frecuentemente, los diseñadores asumen sus propios valores hablan por ellos mismos, sin tener en cuenta su situación conomica, por ejemplo.

Sin embargo, el proceso no acaba aquí. Después de finalizar lo anterior, el diseñador deberá comprobar si se van cumpliendo los objetivos.