La mayoría preferimos vivir en casas o ciudades antiguas.

La lucha contra el futuro lleno de cajas de cristal nos ha hecho repetir modelos viejos.

Soluciones: es esencial controlar la secuencia espacial de los edificios y los espacios intermedios.
También tenemos que recuperar la riqueza de formas de las casas de una ciudad antigua, natural (que no ha sido planificada) y recuperar el toque artesanal.

Según el texto, a más densidad, más humana será la ciudad, aunque personalmente no estoy totalmente de acuerdo ya que, según mi experiencia, las ciudades densas implican una menor conexión social y psicológica entre los habitantes; cada uno es un completo desconocido, cada uno vive su vida alejada del otro aunque vivan en un entorno cercano. Sin embargo, cuando se trata de una ciudad poco densa, todo el mundo se conoce entre sí y es más fácil entablar relaciones con los demás, por ejemplo con el vecino, con el personal de la tienda de al lado, etc.

Hay que saber cuál es el caracter perdido de las ciudades antiguas para poder recuperarlo. Demasiados arquitectos han preferido añorar el pasado en vez de investigar cuales son los principios ordenantes antiguos.

Una forma de entenderlo es considerar la ciudad como un retículo o una organización en árbol (los distintos componentes de la ciudad se pueden englobar entre sí pero nunca interaccionan entre sí)

La arquitectura cada vez busca más estructuras no árbol medianto las estructuras desmontables.

Ejemplo de no árbol: coche conviviendo con peatones. Sillas que se mueven en vez de bancos fijos, etc.