KEVIN LYNCH – EL ARTE DE PLANIFICAR EL SITIO

La relación de la arquitectura con su entorno ha sido uno de los elementos clave en el desarrollo de la profesión desde hace décadas, en contraposición al carácter positivista del Movimiento Moderno en este sentido, que consideraba que su arquitectura podía aplicarse en cualquier lugar.

Es en ese estudio de la relación del lugar en el que aparece el concepto de “Genius Loci”, el espíritu del lugar. Conocer el lugar de proyecto en todos sus ámbitos: topografía, vegetación, modos de vida, actividades sociales, historia… hasta llegar, finalmente, a su esencia.

Pese a parecer algo en cierto modo obvio, la relación y el respeto hacia el lugar no ha sido, y en ocasiones no es, algo de lo que la arquitectura pueda presumir. Como dice Lynch, la intervención humana en el sitio “produce un impacto biológico, social y psicológico que va más allá de su aceptada influencia económica y social. El emplazamiento va a limitar lo que la gente puede hacer allí y, al mismo tiempo, puede abrirles nuevas oportunidades.” Este impacto, pese a ser inevitable, debe intentar ser, bajo mi punto de vista, lo más mínimo posible. El propio lugar es, en la mayoría de las ocasiones, el que determina el carácter de una ciudad, de un barrio, o de una simple calle o plaza. El lugar es el que nos da de antemano las claves de intervención de proyecto, y es su estudio previo el que debe guiar la arquitectura y el urbanismo, y al contrario.

En línea con este argumento, Lynch continua: “El hombre y el hábitat funcional conjuntamente”, y después “un hábitat bien organizado y productivo es una fuente de riqueza para la humanidad, tanto como puede serlo la energía, el aire o el agua.” El hombre y la naturaleza no son cosas distintas, pues el primero forma parte de la segunda, y es por eso que en el momento que olvidamos la naturaleza, entendida en este caso como lugar, emplazamiento o sitio, perdemos la razón y creamos núcleos urbanos monótonos, aburridos, e incluso “feos e incómodos.”

“Emplazar es el arte de organizar el entorno físico exterior como soporte del comportamiento humano.” Esta es la definición de emplazamiento que Lynch propone. Mi interpretación es que con el término “soporte”, Lynch intenta decirnos que el lugar de emplazamiento (naturaleza) es la base, o ha de ser la base, de nuestra arquitectura y urbanismo. También nos dice “el planeamiento del sitio es la organización del ambiente físico externo para acomodar en él la variedad del comportamiento humano”. Pienso que la clave de esta última cita está en el verbo “acomodar”.

Como seres humanos tenemos una serie de necesidades básicas a la hora de construir ciudades o zonas urbanas, pero estas necesidades. Podríamos decir que esas necesidades son el faro que nos guía, pero no deben de hacerlo ciegamente, pues un buen estudio previo del lugar puede darnos la solución a esas necesidades sin necesidad de hacer absolutamente nada. Tan solo acomodándonos a sus características, y no al contario.