SOBRE LA NOCIÓN DE TIPO – RAFAEL MONEO

Se nos plantea en este texto una reflexión sobre el concepto de tipo y su percepción a lo largo de la historia.

Moneo define tipo como “aquel concepto que describe un grupo de objetos caracterizados por tener la misma estructura formal.” En base a esto hace un recorrido sobre la noción de este concepto desde las teorías de Quatremere de Quincy, pasando por las de Durand años más tarde, basando ambos su percepción del concepto en el conocimiento de la historia; y llegando hasta su concepción en el siglo XX, en el que el tipo pasó a relacionarse con temas ajenos a la historia de la arquitectura, ampliando sus posibilidades.

La pregunta que se plantea tras la lectura de este texto es si el tipo es o no útil en la arquitectura, y si ha de influenciar a la hora de proyectar o el proceso creativo ha de ser totalmente ajeno a él.

Bajo mi punto de vista, es claro que el proceso creativo del proyecto ha de ser totalmente libre, sin limitaciones. Sin embargo, opino que el tipo puede ser una herramienta de ayuda, no tanto en lo estético, sino más bien en otros ámbitos, como el constructivo o el distributivo.

Pensemos por ejemplo en la cúpula de Santa Maria del Fiore de Brunelleschi. Sin saberlo, tras su construcción creó un tipo constructivo que influyó directamente a toda una generación de arquitectos, sino más. No pueden entenderse las cúpulas del Renacimiento sin su aportación. Sin embargo, este tipo es constructivo, pues Brunelleschi le dio la solución a un problema. Muchas de las cúpulas que se crearon posteriormente siguieron la misma solución constructiva, pero el resultado estético y por consecuencia directa, el resultado final, son completamente distintos.

Creo que en este sentido el tipo es útil, y que la arquitectura no debe despreciar su historia para seguir su camino, pues su estudio no puede aportar otra cosa que conocimiento, y eso es algo básico para un arquitecto. En conclusión, pienso que el tipo no debe ser una limitación, sino más bien algo en lo que apoyarse en determinadas situaciones, pero no algo que haya que despreciar, como la historia.