Lo primero que detectamos en la zona a estudiar es la peculiar forma de la naturaleza y como se acerca a los distintos asentamientos donde vamos a trabajar.

Fijándonos en las parcelas de los pueblos observamos distintos vacíos por los que introducimos la vegetación colindante a los pueblos de Cabo de Gata y Pujaire.

En el caso de Cabo de Gata la naturaleza se introduce a través de la zona noreste hasta el paseo marítimo, aprovechando los distintos vacíos que encontramos para realizar zonas de uso público y ocio y generar ciertas calles peatonales. Por otro lado, expandimos la población hacia el noroeste generando un nuevo centro de pueblo en base a la teoría de los cinco minutos, donde ubicamos principalmente el colegio-instituto creando una zona de nuevos usos con un centro médico, mercado, zonas deportivas, etc.

Volvemos a ver cómo la naturaleza se adentra en la nueva zona del pueblo de Cabo de Gata, introduciendose en él de forma longitudinal, hasta encontrarse con la primera conexión de naturaleza-mar.

Para darle importancia a la zona de la albufera decidimos prolongar el paseo de Cabo de Gata hasta su encuentro y desde aquí continuar su travesía generando ciertas zonas de estancia como merenderos hasta alcanzar el camping.

En Pujaire la naturaleza se adentra a través de los vacíos que vamos encontrando hasta llegar a un pulmón/parque que conecta con la antigua carretera, que se ha convertido en un bulevar en el cual solo transitan los coches de los habitantes de Pujaire, este pulmón se extiende hasta llegar a la zona del colegio ya existente, haciéndolo el centro del pueblo y repoblando a través de los vacíos que encontramos.

Para eliminar el exceso de vehículos que transitan por el centro de Pujaire, habilitamos una vía rápida que bordea Pujaire, y una zona vegetal arbolada para proteger y aislar el pueblo.