Circulaciones
La pandemia nos ha hecho replantearnos el desarrollo de los espacios en nuestra sociedad, los espacios de trabajo, los espacios públicos, los espacios habitables, los espacios de enseñanza, etc. La reflexión de los espacios conlleva una reflexión sobre las conexiones entre los mismos, lo que en arquitectura llamamos “circulaciones”. 
Estamos hablando de las circulaciones que existen en las ciudades, como pueden ser las calles, el transporte público, estaciones de tren, aeropuertos. También hablamos de las circulaciones dentro de los propios edificios, como ascensores, escaleras, patios, azoteas. Y por último, las circulaciones dentro de las propias viviendas.
Repensar las circulaciones en términos de urbanismo, supone un doble reto. Por un lado, que las medidas aplicadas aseguren en el mayor porcentaje posible la seguridad de los usuarios, por otro lado, la confianza de los usuarios de que preservaran ante todo su intimidad y privacidad.
El control excesivo de la población es una medida muy drástica que, a corto plazo, puede parecer satisfactoria, pero a la larga puede tener consecuencias catastróficas.
Propongo ante esta situación, la ampliación en la frecuencia de transporte público y la reforma del mismo tanto espacial como materialmente. La distribución de la población en las ciudades, por ejemplo la división entre áreas para peatones y áreas para vehículos. Otra división puede ser la diferenciación entre parques para el ejercicio y el ocio y parques de paseo y relajación. De esta forma de distribuiría la densidad de la población haciendo más fluidas y más seguras las circulaciones.
En esta línea, en Granada por ejemplo se ha planteado la reforma del camino de Ronda para hacerlo más transitable a los peatones y reformar poco a poco el centro de la ciudad.