¿Qué tiene que ver la arquitectura con la pandemia mundial que estamos atravesando? Podríamos decir que nada y deshacernos en cierta manera de la responsabilidad que tenemos, pero la verdad es que tiene que ver más de lo que parece. El virus nos ha expuesto a una crisis sanitaria innegable, pero también es importante ver que hay una crisis de diseño, y los encargados de paliarla somos nosotros.

      Somos los encargados de repensar los espacios que ahora se van a habitar. Por ello, es necesario echar la vista atrás para aprender de las experiencias pasadas. La que tenemos ahora no es una arquitectura errónea, solo que habría que tener en cuenta que ésta ha de suplir no solo las exigencias presentes, sino que además tener las bases adecuadas sobre las que también fundamentar las necesidades de un futuro que nos es incierto.

      Las edificaciones no están preparadas para mantener la salubridad necesaria ante el Covid. Las viviendas mal ventiladas y sombrías no ayudan a la circulación y renovación del aire. Las grandes distancias nos obligan en ocasiones al uso del transportes públicos o incluso privados, lo que supone una contaminación importante del aire. Ahora, debido a la situación que estamos viviendo solemos optar por transportes más ecológicos como bicicletas o ir a pie (también nos ayuda a mantener mejor las distancias de seguridad) y por frecuentar espacios más abiertos y ámplios. A eso es lo que se está adaptando la ciudad actual.

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