Este artículo es un fragmento del libro de Kevyn Lynch, que cuyo propio título indica habla del arte de planificar. En una de las primeras páginas nos habla de la contrariedad de que ciertos espacios que han sido diseñados en la mmodernidad pueden llegar a mostrar cierta frialdad y no llaman a la ciudadanía a formar parte de la ciudad, y mostrando además que barrios no planificados si consiguen manifestar este sentimiento de vecindad, acercamiento y familiaridad. Un ejemplo podría ser el barrio de El Albacín, en Granada, claramente al obersvar sus formas y su planta te das cuenta de que no sufrió un diseño previo, sino que las edificaciones se iban levantando y a raíz de ellas se dió lugar a las actuales calles. Esto crea una sensación de misterio y nerviosismo ya que no sabes que te puedes encontrar al doblar la esquina, y es en sí el encanto que tiene el propio barrio. 

Demostrando así que el problema de infraestructuras y espacios que no se interrelacionan con el ser humano no es sobre el diseño, sino sobre el foco de centro de estudio, pues para crear estos espacios el principal objeto de investigación son las personas que habitan ese lugar concreto, para así poder crear un espacio confortable y que conecte estos factores fundamentales.

Teniendo muy en cuenta y no olvidando que los habitantes de una zona no se comportan igual en una zona del mundo que en otra, debido a que cada uno bebe de una cultura y tradición distinta, creando así una historia que les define tanto en el pasado como en la forma de desarrollarse en el futuro.

Así quedan al descubierto los puntos importantes de estudio para conseguir una arquitectura que se acerque al ser humano: historia, tradición, costumbres, cultura, comportamientos, hábitos...