El autor disecciona la noción de trazar el territorio, como acciones simultáneas y superpuestas. Enumera y explica sucintamente cada aspecto. Entre estas acciones encontramos: crear y relacionar lugares, trenzar, trocar, medir, trazar. Resultan en la creación de una geometría que debe permitir la convivencia de estas funciones.

Sintéticamente, los trazados conectan lugares por un camino o los dividen, mediante parcelación por ejemplo. Estos caminos son espacios públicos que hay que tener en cuenta. Tienen la función de circulación pero también deben ser pensados ​​como lugares de encuentro, espacios compartidos. El trazado del territorio es multiescalar y fractal y debe ser observado en todas las escalas.

Desde mi punto de vista, estos aspectos están vinculados por la noción de temporalidad. Por un lado, porque los trazados revelan la historia del lugar. Por otro lado, porque incluyen la noción de desplazamiento, de circulación y por tanto de tiempo. Las circulaciones marcan la ciudad y crean intervalos que crean oportunidades para incluir nuevos usos.

Personalmente, este texto me atrae particularmente en lo que respecta a la noción de representación de los trazados, generalmente dibujados en planos. Este texto es una invitación a reflexionar sobre otros modos de representación como las secciones por ejemplo.