En este fragmento del libro “El arte de planificar” se aporta un enfoque sobre un aspecto fundamental en la arquitectura y, especialmente en el proceso de planificación, análisis de un proyecto: el estudio del lugar.

Podemos observar como el autor describe de manera general y cronológicamente la estructura de las ciudades, es decir, como se organizan y planifican.

Anteriormente se construía de manera espontánea, no le dedicaban el tiempo ni los esfuerzos necesarios que se requieren para el estudio y diseño de los emplazamientos, creando de esta manera una ciudad sin un esquema fijo.  Sin embargo, hoy en día uno de los factores relevantes en el proceso constructivo es el estudio completo del mismo ya que el hombre y el ambiente funcionan de manera conjunta. Al igual que ocurre con la tecnología.

Es una realidad que la arquitectura no tiene sentido sin el aspecto citado anteriormente, puesto que cualquier edificación que proyectemos está ubicada en algún lugar, con unas características físicas, claro está, pero también con una historia, con un uso pasado o presente y con una conexión o no, con su entorno.

A modo de conclusión final diré que me parece trascendental dedicar tiempo y esfuerzos al estudio profundo de la zona en todos los ámbitos que se han mencionado, para que nuestra obra sea estéticamente bella, práctica en cuanto a su uso y respetuosa en lo que a la integración en el entorno se refiere, para lograr la mayor perdurabilidad posible.

El texto de Rem Koolhaas comienza con la afirmación “La cantidad ha sido la causa perdida de este siglo” y acaba con “Más que nunca, la ciudad es todo lo que tenemos”.

Entre esas dos frases hay todo un manifiesto muy pesimista sobre la situación actual del urbanismo enfrentado a la arquitectura.

El autor explica cómo el aumento desmesurado de la población de las ciudades, ha destrozado toda posibilidad de que prosperen modelos de ciudad construidos desde el urbanismo.

La modernización ha llevado a la sociedad al crecimiento desmedido de la arquitectura sin tener en cuenta consideraciones urbanísticas. Por eso comenta que el urbanismo hoy, tendrá como objetivo la manipulación de infraestructuras, la adaptación de espacios, es decir no hablar de lo nuevo y sí de la modificación y el incremento.

No tengo demasiado criterio para formarme una opinión al respecto pero me parece muy catastrofista la visión del autor. Quiero pensar que sigue habiendo opciones para pensar que el urbanismo puede ayudar a crear ciudades y espacios ideales para vivir con eficiencia y sostenibilidad.

El artículo de Manu Fernández, investigador y consultor de políticas urbanas en Antiverti, expone las tendencias que, a su juicio, se van a suceder en el transcurso de los próximos años, como consecuencia de la epidemia mundial del coronavirus que aún seguimos padeciendo.

Es una reflexión muy global que no solo se refiere a aspectos urbanísticos. En cuanto a la constitución de los espacios públicos plantea y coincido con él, que la tendencia debe ser la que se está siguiendo ya en grandes ciudades, que no es otra que la de ampliar las zonas viarias y reducir las destinadas a vehículos motorizados. En cuanto a la arquitectura de las viviendas, cree que hay que reorganizar los espacios comunes y escaleras para evitar aglomeraciones y priorizar espacios como las terrazas o los balcones.

Menciona también la inminente digitalización de servicios locales. Esa es una consecuencia positiva (de las pocas) que creo que ha tenido esta crisis mundial. Todos los estamentos, locales o internacionales, públicos o privados, han hecho grandes esfuerzos por implementar nuevas tecnologías en ámbitos en los que antes no existían o, si las tenían, por mejorarlas.

Además, habla de otras consideraciones tales como globalización industrial y la expansión de ciudades del hemisferio sur. En este sentido, soy poco optimista pues creo que la condición humana tiene muy poca memoria y el coronavirus no será suficiente como para que el mundo siga todas las tendencias sugeridas por el autor del artículo. Ojalá me equivoque.

En este fragmento del libro “Especies de espacios” de Georges Perec se hace una interesante reflexión sobre las cosas cotidianas. No se limita a contar la historia que sucede en un café de París, sino que relata con detalle cómo son las calles, cómo se numeran, cómo están de alineados o no los edificios. De hecho, define qué es una calle, una cuneta, un aparcamiento… Habla en profundidad de las cosas más sencillas y habituales de nuestra vida diaria, cosas en las que nunca reparamos ni tratamos de conocer con más profundidad.

La relación de cosas que describe en la ciudad es muy larga y detallada pero termina con una sorprendente propuesta: ¿por qué no imaginarnos en estos espacios tan conocidos situaciones increíbles como ver a King Kong en un edificio o ver aparecer por un cruce a la rata de Tex Avery.

En definitiva, me ha parecido una entretenida lectura y una interesante propuesta para ser capaces de ver más allá.