Hoy en día, cada ciudad tiene su propio método estandarizado que condiciona su forma, y ese es el motivo por el que las ciudades de hoy en día pecan por su exceso de homogeneidad. Prácticamente, todas las ciudades, se substienen en base a un rigor permanente "la relación entre forma y el uso". Pero la cuestión no es esa, sino es ¿de quién surgen esos métodos estandarizados por el que se rige cada ciudad?, pues el urbanista peca de establecer sus propios criterios sin tener en cuenta los verdaderos propósitos de esa ciudad.

Según Kevin Lynch, la planificación de cada ciudad tiene que estar relacionada con el entorno exterior y con los habitantes que residirán en ella. El urbanista tiene que conocer el carácter físico y psicológico de su entorno para que de esa forma se establezca un punto de partida en la planificación de una nueva ciudad. Pero no solo depende del urbanista, si no también de los diseñadores y arquitectos.

Si queremos planificar algo, lo primero que tenemos que pensar es que cuáles son los motivos y objetivos que tiene que cumplir esa planifificación, pues, a poder ser, lo más concretos y sencillos posibles. El proceso de planificación de las ciudades debería ser algo objetivo, pues debería haber un acuerdo entre el urbanista y los habitantes, y ya después con el conocimiento previo en mente, realizar esa transformación o emplazamiento.