Lecturas. Rafael Moneo. Tipologías.

En una mirada hacia los años 60 el texto nos va a adentrar en la obra de Urumea, con la singularidad del proyecto y la importancia que tiene comprender los conceptos de tipo y tipología. En primer lugar, nos hace una crítica de la arquitectura modernista donde los términos tipo y tipología van asociados y se considera una continuación a la arquitectura de la ciudad antigua, entendiendo que el paso del tiempo actúa sobre estas ciudades como algo estructurado y no como algo relacionado con el arte o la economía.
Entonces podemos considerar el tipo como una agrupación de objetos que tienen la misma estructura formal y, debida la importancia para clasificar y establecer un orden los términos ganan notoriedad para poder clasificar lo construido. Así pues, se considera la arquitectura como obras de objetos de constantes formales tanto de producción como de uso.
Para adentrarnos y comprender el proyecto de Urumea, y el contexto al cual se refiere la lectura, partimos de unas condiciones urbanísticas de gran importancia y que, en el encaje del proyecto vienen resueltos de manera magnífica por el arquitecto. Esta forma de arquitectura urbanista de carácter moderno, estructurada, en lo que hoy se conoce como manzanas sirvió como base para la composición y el tejido de nuevas ciudades y, en el caso que nos ocupa el ensanche de la ciudad de San Sebastián. El proyecto de Urumea consiguió encajar entre las exigencias de la encorsetada normativa pública y de una forma magistral resuelve lo privado. La cuadrícula que enmarcaba el nuevo ensanche que los urbanistas determinaron dejaba una interesante línea limitada entre su fachada y el interior, entre lo público y lo privado. De esta manera la composición exterior, su decoro, fondo, altura, patios, venían regulados por la norma, si bien lo privado respondía a otro patrón y se pudo resolver de manera independiente a lo estrictamente exigido. Así pues, podemos decir que las manzanas forman parte de la estructura formal del suelo, donde el decoro pasa a ser un denominador común en la adecuación con lo urbano, de este modo los espacios de carácter privado son interpretados y tratados por los proyectistas con otro orden. De esta manera la creación de un parcelario "ficticio" en su interior sostuvo la proyección y a su vez invitó a organizar en distintas tipologías el interior de la manzana. 
En resumen, podemos entender que con los medios y capacidad proyectual adecuados se puede trabajar en una manzana existente y de estructura formal con lo urbano. El tipo de manzana y lo público está regido por la norma, y se puede actuar en libertad en cuanto en tanto a tipologías puedan albergar dentro del ámbito privado. La base del proyecto de Urumea trabajo y reforzó las zonas de ámbito privado dando forma a las tipologías interiores respetando en todo momento lo estrictamente formal de la zona pública y del ensanche de aquel momento.