EL ARQUITECTO Y EL URBANISMO

El arquitecto en su labor primorosa y delicada pero a su vez exacta y técnica teje desde lo más particular a lo más general, usando un gran cajón de sastre en el que guarda múltiples conocimientos. El arquitecto posee un compendio de herramientas y habilidades que le capacitan para desarrollar el noble arte proyectar. Algunos de los campos en los que éste se maneja son el dibujo, la física, la matemática, el urbanismo, etc…

El urbanismo es un arte que ha ocupado la mente de grandes arquitectos a lo largo de la historia; siendo innumerables los proyectos realizados y los que se han quedado en el papel, proyectos que han contribuido al correcto desarrollo de las ciudades, otros que han sido auténticos desastres, y otros muchos que han escandalizado a medio mundo; pero todos han contribuido al desarrollo de este noble arte, el arte de crear ciudad.

En el tiempo se han ejecutado gran número de proyectos de urbanización; se han creado muchas ciudades a partir de la nada, se han ampliado muchas otra existentes, incluso se han destruido parte de ellas para dejar paso a los nuevos proyectos.

El urbanismo es un campo que quizás en el momento y en la situación en la que nos encontramos es difícil sacar adelante proyectos de gran escala. Es por ello por lo que quizás debamos centrarnos en los pequeños proyectos, en esas cosas que hacen que un sitio sea especial, diferente, que una simple calle o un simple parque adquieran un carácter único. Hacer de la ciudad un lugar mejor, hacer que la ciudad no sea solamente un cumulo de edificios, estrés y contaminación.

Por ello el arquitecto como maestro de la cuidad debe buscar la forma de mejorarla desde una escala reducida, un árbol, un banco, una farola, son elementos básicos que pueden hacer que un espacio sea mucho más confortable.

¿Quién dice que no se pueden desarrollar proyectos urbanos de repercusión? Proyectos como la mejora de un parque o tan simples como una mano de pintura pueden hacer que un espacio, de repente sea atractivo. Como dicen en tiempos de crisis agudiza el ingenio, pues pongamos nuestra mejor arma, que es la mente, en marcha, aunemos nuestros esfuerzos y trabajemos para que con pequeños gestos hagamos de nuestras ciudades auténticos paraísos terrenales.