La arquitectura podemos considerarla como el juego sabio de los volúmenes ante la luz (Le corbusier). Estos volúmenes los encontramos en muy diversas escalas, desde intervenciones indivisibles e individuales, pasando por elementos compuestos por partes individuales, hasta el conjunto de los grupos anteriormente nombrado, que generalmente lo encontramos en las ciudades.

Por otra parte estos volúmenes se sitúan en un entorno concreto, con un medio físico y unas condiciones a las que adaptarse. El arquitecto por lo tanto deberá realizar, dentro de las exigencias del programa, la mejor ordenación de estos elementos, al tratarse de ciudades, entre ellos mismos, y con el entorno en el que se localizan.

Adentrándonos más en las ciudades y su ordenación, el arquitecto debería tener en cuenta por ejemplo la evolución anterior de dicha ciudad, en el paso del tiempo. La existencia por ejemplo de una ciudad  bajo tierra, las vías de desplazamiento anteriormente usadas. Siempre con el fin de poder utilizarlo en el proyecto de ciudad de forma positiva.

Debería estudiarse también como se usa la ciudad actualmente. Vías principales para vehículos y peatones, así como para las bicis. Sería interesante también  saber aprovechar al máximo los medios naturales que ofrece el emplazamiento de dicha ciudad, vegetación, montaña,…

En resumen un arquitecto juega un papel muy importante en la construcción de ciudades ya que sabe resolver éstas cuestiones de la mejor manera posible.