Proyecto: Urban Games 2013
Tema: Urban Game 1. Intro
Coordinadores:
abarca
dacama
Cada sociedad refleja en el paisaje sus capacidades, sus sueños y sus limitaciones. Capacidades, sueños y limitaciones que hoy no dependen ya solo de su organización y su potencial endógeno, sino también del lugar que ocupa ante los flujos mundiales de capital, mercancías, información y personas. Ahora bien, este paisaje es dejado en legado a las generaciones venideras en forma de realidades construidas y de espacios transformados, los cuales constituyen, a un tiempo, patrimonio y carga, potencial y límite. Así, si bien es cierto que cada sociedad ve reflejado en el territorio su presente, no lo es menos que debe arrostrar también con la herencia de quienes la han precedido. La sentencia bíblica según la cual los hijos pagarán por las virtudes y los pecados de los padres resulta particularmente cierta en materia de paisaje.
«Paisajes contemporáneos, lastre y/u oportunidad» es una reflexión sobre el legado de la construcción especulativa y abandonada en España. La reciente implantación masiva de enclaves de ocio, complejos turísticos y residenciales de todo tipo ha transformado vastas regiones de la costa y ha llegado incluso a las provincias interiores. El ocaso prematuro de muchos de estos asentamientos a causa del estallido de la burbuja se nos presenta con imágenes inquietantes porque reflejan la incongruencia entre la vida corta de la especulación inmobiliaria –abortada por causas técnicas– y sus perdurables secuelas físicas. El fenómeno del ladrillo español y su funesto desenlace ha engendrado la proliferación de un nuevo tipo de paisaje a medio construir que se podría denominar paisaje de lucro.
Hay muchas clases de ruinas y sus significados son múltiples. Un edificio en decadencia con vegetación en auge no suele dejar al espectador impasible. Su estado incompleto es sumamente sugerente y se reconstruye en el imaginario como objeto que marca el paso del tiempo, como elemento trágico, monumento melancólico o simbiosis romántica entre la naturaleza y el ser humano. Las edificaciones a medio construir que forman parte de esta reflexión son ruinas algo diferentes. Se trata de construcciones especulativas que nunca se terminaron y, por lo tanto, nunca cumplieron su función de cobijar a nadie. ¿Significa que su carencia de historia –jamás albergaron moradores y nada transcurrió entre sus muros– las convierte en residuos obsoletos sin posibilidades de transformación?, ¿o acabarán representando algo que puede tener sentido o valor?
La indignación, la preocupación, la fascinación y otras reacciones que pueden surgir ante la dimensión real de la persecución implacable del beneficio privado sin consideración por los bienes comunes, del menoscabo de los valores ambientales, patrimoniales, estéticos y económicos del paisaje, de la falta de voluntad de los poderes públicos para atajar los usos espurios del territorio, serían estériles si no estuvieran acompañadas de un propósito: el de organizarse para intervenir. Las realidades físicas creadas por el boom inmobiliario están aquí para quedarse. Constituirán una herencia con la que nosotros y las generaciones venideras deberemos inevitablemente lidiar durante largas décadas. Toda pretensión de negar esta realidad, de desconocerla o de erradicarla no puede ser otra cosa que escapismo o quimera. Deberemos, pues, dotarnos de los instrumentos disciplinares y administrativos adecuados para intervenir sobre estas realidades y reconducirlas en la medida de lo posible hacia formas más sostenibles, eficientes y equitativas de usar el territorio. Esta voluntad de gestión debe acompañarse de la resolución de promover transformaciones políticas, sociales y económicas que eviten la depredación del territorio.
Ante esta situación, la semana de Arquinset se dedicará a analizar y a proponer iniciativas, reflexiones y soluciones vinculadas a los paisajes ruinosos de la postburbuja. La voluntad de Arquinset, a lo largo de los próximos tres años, es implantar una mayor conciencia de la temática y, desde la transversalidad de lo multidisciplinar, crear un base de datos de conocimiento, análisis y propuestas que puedan ayudar a evitar que el territorio continúe degradándose y promover su ordenación a partir de principios de protección de los valores del paisaje, sostenibilidad ambiental y equidad social. Arquinset quiere lanzar esta iniciativa desde una base amplia y diversa donde caben voces divergentes y propuestas diferentes de docentes, profesionales, estudiantes, activistas y analistas. El campo profesional quiere ser igual de amplio e incluye a sociólogos, artistas, urbanistas, economistas, geógrafos, periodistas, arquitectos, abogados, antropólogos. La fórmula de presentación será mixta; a lo largo de la semana habrá conferencias y mesas redondas, un taller sobre un caso de estudio con una visita picnic al sitio de proyecto y una exposición.
Confiamos que la semana temática «Paisajes contemporáneos, lastre y/u oportunidad» sea enriquecedora, apasionante, controvertida e interesante y que fomente el pensamiento crítico para ayudarnos a transitar desde una topografía del lucro hacia una geografía voluntaria que beneficie al conjunto de la sociedad.
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