De este escrito me interesa la dura crítica sobre los espacios "públicos" urbanos. Según De Solá-Morales, existen espacios en la ciudad que " son copia de los modelos y figuras tópicas, que siguen las  modas, y conllevan gran derroche económico". Tras leer esta opinión, la duda que me surge es: ¿Verdaderamente el hombre necesita esto para vivir en colectividad?

Se llevan a cabo estudios pormenorizados y de gran detalle sobre el comportamiento humano en la urbe, en relación con la sociedad, con el fin de saber cómo y qué necesita en cuanto a articulación de espacios y acondicionamiento urbano. ¿Y es este el resultado? ¿Prototipos que siguen la moda, de gran costo?

Es lógico pensar que no todos somos iguales. Cada grupo tiene unas peculiaridades, una forma de vivir, una forma de habitar. Con grupo me refiero desde "grupo familiar" hasta "comunidad de un municipio", pasando por "comunidad de vecinos". En cada uno de estos distintos grupos surgen unas necesidades distintas en los espacios públicos. Y por lo tanto, dichos espacios públicos deberían ser singulares. De igual modo, empresas comerciales de ropa no ofertan los mismos productos en distintas ciudades, su género varía según el consumo y los gustos de los clientes. Es un modo de rentabilizar la producción, y de asegurar la venta. ¿No ocurre algo parecido con los espacios públicos? Podríamos hacer un símil con esta situación: el objetivo del arquitecto -vendedor- es hacer que los espacios públicos -producto- sea utilizado -comprado- por los ciudadanos -clientes-.

Los habitantes no quieren elementos y espacios que respondan a la moda. Quieren elementos y espacios que respondan a lo que ellos quieren, a sus necesidades.