Cuando la pregunta es ¿cómo pueden los arquitectos intervenir en la mejora de la ciudad, hay una idea falsa sobre la facilidad de la la respuesta, en gran parte debido a los innumerables discursos sobre el tema. Dado que el sujeto en sí  no supone un reto, el problema a menudo llega a ser tratado con una cierta superficialidad. Además, estos discursos antes mencionados han construido un vocabulario intrínseco,que conducen a un bloqueo en el sistema de pensamiento a través de su repetición a la saturación.

Puede ser que, construir un discurso en contradicción no proporcionaría una solución a este cuestión. Es por lo menos arriesgado intentar negar el valor de verdad de tales ideas como  la importancia de analizar la ciudad en diferentes escalas, la necesidad de desarrollar las ciudades en relación con todos los factores de influencia o la efectividad de un desarrollo en forma de redes, que aseguran nodos funcionales. Se trata de situaciones que ya han demostrado su validez. Sin embargo, la negación del discurso contemporáneo podría ser interesante en términos de la dialéctica, podría facilitar cierta flexibilidad en el piensamiento.

Es cierto que ya se ha escrito mucho sobre la arquitectura y el urbanismo, hay libros exhaustivo que son estudiados en escuelas hoy en dia, pero eventualmente, todos pertenecen a otro mundo. Creo que una de las cosas que los arquitectos pueden hacer hoy en día para mejorar la ciudad es volver a la teórica, dedicar una mayor cantidad de tiempo a la trabajo de investigación, poner todo en tela de juicio, desafiando las certezas.

Si los clásicos del urbanismo tomaban nota de la importancia de la esquina de la calle, donde las personas encuentran para socializar, analizando en detalle su gestualitad durante el acto social y también investigaban el comportamiento espontáneo de los niños en los lugares potenciales lúdicos, hoy en día se puede ver a las esquinas niños viendo con lujuria sus iPods, explicando diversos con una enorme entusiasmo, pero sin ni siquiera mirar unos a otros. En este situación, en la que el comportamiento humano demuestra que ha sufrido malformaciones reales desde lo que se consideró durante un tiempo significativo como normales, se pone una nueva problema existencial: ¿de qué manera debemos responder a la manifestación obvia de la velocidad de desarrollo en todas las áreas?; ¿qué actitudes se pueden adoptadar en relación con la situación actual, tanto desde una perspectiva teórica y práctica?

1. La situación se debe aceptar/debería ser aceptada, proponiendo un nuevo desarrollo urbano conectado a este contexto, con el riesgo de no cumplir con la velocidad y llegar a "anticuado" en breve
2. La situación debe ser repudiado, proponiendo el mantenimiento de los valor a través de un mov. conservador
3. La situación debe ser repudiado, proponiendo otra alternativa de futuro, a través de un mov. vanguardista

Por otra parte, meditando sobre lo que significa realmente "mejorar", vemos que la historia exigía soluciones propuestas en el tiempo. A lo largo de la historia, los planificadores han tratado de mejorar los ciudades de diversas maneras, pero a pesar de este deseo, las cosas tomaron un giro a menudo no deseadas. Esto ocurrió a veces debido a la falta de existencia de una visión estratégica global y, a veces simplemente a través de la intervención del azar. En cualquier caso, entendemos que hagamos lo que hagamos, sin embargo podemos estar equivocados en nuestras decisiones, así que es necesario estar siempre abierto a revisión y trabajar en grupos, evitando asi el peligro de visiones totalitarias.

Creo que el contexto socio-cultural en general y la política actual demuestran más claramente su preferencia por el cosmopolitismo en detrimento de la universalidad. Esta perspectiva permite la expresión de cualquiera de los enfoques mencionados anteriormente, pero  bajo la impresión de una conciencia claramente definida, asi que las intervenciones propuestas en cada caso seria sostenido por un fuerte significado. En otras palabras, forma tiene que estar conectada a tierra de fondo.

Si cuando analizamos las cosas a gran escala, hablamos de cuestionar certezas a y revelar un nuevo contexto urbano, en una escala mas pequeña,  deberíamos hablar de proporcionar calidad de vida. La calidad de vida ha sido objeto de una gran cantidad de literatura desde 1930, cuando investigadores primero prestado atención a la misma. Aunque el tema ha sido estudiado por más de medio siglo, los últimos años han mostrado un mayor interés en materia de calidad de vida, así como el bienestar individual y la felicidad, ambos considerados como los conceptos relacionados que son útiles en tratar de definir calidad de vida. Por el momento, parece que la calidad de vida tiene una naturaleza multidimensional, estando un concepto de varios niveles, influido y que influye en su vez la calidad de la vida urbana.

En un intento de mejorar los indicadores que dimensionan estas cualidades, los arquitectos y urbanistas deben diseñar para garantizar las necesidades físicas (salud y seguridad), sociales (oportunidad de conocer otras personas o de  jugar) o de autorealizacion (capacidad de desarrollar y expresar su creatividad) de la gente. Todos estos implican una referencia al espacio público, que hoy está en marcha, lo que lleva al desarrollo de alugnas tendencias específicas: intervenciones ecologicas, urbanismo táctico (versus estratégía urbana) o arquitectura participativa, todos han contribuido a la elaboración y aplicación del concepto de la diversidad en la sociedad y han elevado el nivel de creatividad, por lo que son  también una especie de factor educativo a gran escala.

Por lo tanto, aparte de una mejor relación con el contexto actual, la mejora de las ciudades puede ser realizada por la solución de los problemas de la vida cotidiana, tales como los problemas de tráfico, insuficencia de espacios peatonales, insuficiencia de espacios verdes y el acceso pobre a la naturaleza. Además del enfoque estrictamente funcionalista de problemas tales como los mencionados antes, que  requieren la remodelación de la ciudad a favor de los peatones, también tenemos que superar el límite funcional tratando de asegurar la ciudad con un cierto encanto de su propio (esto puede requerir más investigación, como en el caso del descubrimiento de nuevos programas arquitectónicos para las personas que los necesitan sin darse cuenta).

Dicho esto, no sé si el arquitecto es una figura fundamental en la construcción de la ciudad en el momento, porque a menudo los factores económicos, políticos, administrativos pueden fácilmente tener éxito bloqueando nuevas iniciativas. Pero creo que esto sucede especialmente cuando el arquitecto no prueba capaz de sustener una visión de conjunto(global). Una intervencíon puntual tiene la fuerza de un hombre, mientras que un concepto unitario tiene la fuerza de una masa de personas. En este sentido, creo que los arquitectos podrían convertirse en /volver a ser figuras fundamentales en la construcción de ciudades, si y sólo si se cumple la condición de la coagulación conceptual y de la coherencia estratégica.

Por último, me gustaría concluir con una frase perteneciente a Fernando Pessoa: «Unos gobiernan el mundo, otros son el mundo». Pues bien, en esta perspectiva dicotómica, quizás el arquitecto no tiene lugar, o tiene un lugar medio, por que el debería estar en algún lugar en el medio, entre las dos situaciones. Concluyendo, Creo que lo que un arquitecto puede hacer para mejorar las ciudades es mejorar a sí mismo, para que pueda asegurar su posición como figura fundamental en la creación de la ciudad y para ser digno de este puesto. Sin embargo, al mismo tiempo con esta superación personal, no debe descuidar el aspecto humano que le da el vínculo real con la realidad que estudia y que quiere mejorar.