Como bien se comenta en este artículo, el saber y proponer una vía de circulación, lo que hoy denominamos calle, es un problema urbanístico bastante complicado de resolver, cada ciudad y cada espacio debe de atender a unas necesidades distintas y por tanto sus calles y vías de acceso han de ser diferentes.

La infinidad de soluciones posibles que se pueden plantear a cada problema y su ejecución , hacen de cada espacio un entorno único donde serán los ciudadanos quienes finalmente desarrollen y usen esas vías, esas conexiones que anteriormente un arquitecto, urbanista o ingeniero diseñó con un propósito común, responder a las necesidades de una zona concreta.

Ya desde la época romana, empezaron a diseñarse las veredas y hasta el día de hoy, este concepto se ha ido desarrollando hasta generar una infinidad de vías y accesos para los distintos usuarios y distintos transportes.

Es aquí donde proviene la clave de una buena circulación, de en definitiva, una buena calle, en donde cada ciudad y un uso en concreto de transporte es prioritario respecto a los demás por lo que será este el que generará la vía de mayor uso y definirá el espacio urbano.

Quiero poner de ejemplo, EL PASEO LARIOS, en MÁLAGA, en contraste a la GRAN VÍA DE COLÓN, en GRANADA. En el primer caso, el paseo Larios viene siendo una calle de uso exclusivamente peatonal donde la diversidad de comercios y de espacios públicos van encontrándose a través de su senda lo que contribuye a una mayor concentración de masas de gente donde pueden interactuar entre ellos y donde el mercado publicitario puede sacar partida. Cada calle, cada vía… marca un ritmo, una velocidad, la cual indicará y especificará un uso de ella, será en este caso donde la calle funcionará como centro comercial, un paseo donde poder observar el mundo del marketing y sus derivados.

En contraste a esta posición, la Gran vía de Colón, es una calle o vía de acceso tanto rodado como peatonal. Esto es lo que nos volverá a definir un uso. Paseando por ambas calle, (Paseo Larios y Gran vía) podemos observar grandes diferencias. La calle que se genera en granada es mucha más ruidosa, contaminada, con un flujo más rápido debido al tráfico rodado pero que también influye en la actitud del peatón en contraste al paseo Larios donde se marca un ritmo de paseo más lento y donde se puede observar mejor el entorno.

Otros ejemplos pueden ser el paseo de los tristes y la carrera del Darro donde existe un uso  peatonal y rodado, pero en este caso más exclusivo generando una calle donde el peatón puede observar y entender mejor el lugar debido al ritmo que se ejerce en esa calle.

Por último, quiero poner un enlace a una presentación de lo que es, a día de hoy el Puerto de Málaga, una intervención urbanística que ha convertido ese espacio en uno de los más característicos de Málaga, una calle donde el peatón puede interactuar con el espacio en sí, con centro de negocios, comercios, restaurantes… algo más que una calle, una vía donde la calle se convierte en ciudad.

http://www.youtube.com/watch?v=ouu2hIlY-WM

En conclusión, cada ciudad, cada espacio y cada entorno, prestan unas necesidades distintas y éstas serán las que definan el tipo de calle que ha de generarse y donde el ciudadano podrá dar un mayor aprovechamiento de ella.

Imagen de portada: http://elblogdehotelminuto.com/wp-content/uploads/2012/08/calle-larios1.jpg