No parecen necesarios demasiados conocimientos al respecto para al menos entrever que la figura del arquitecto puede aportar y aporta numerosos servicios, ventajas, alternativas o simplemente ideas para la ciudad. Realmente me parece simple la respuesta a esta cuestión, pues es el arquitecto el que decide formarse no en construir casas, evidentemente, si no en construir espacios, transiciones... provocar cascadas de luz que bañen un hábitat o decidir la orientación de un conjunto, en pos de mejores condiciones de vida para el habitante. No podría ser esto más extrapolable a un conjunto de "casas", que acabarán por formar "habitaciones" dentro de la ciudad, las cuales claro está necesitarán sus ventanas para no marchitarnos, por ejemplo. Diseñar un pasillo que comunique las estancias de una vivienda, reincidiendo en ésta comparación, también será necesario para la comunicar los ámbitos de la ciudad, y son éstas las vías.

La cantidad de comparativas en este campo podría aburrir, pero veamoslo desde otro punto: ¿Qué pasa con las ciudades antiguas, que fueron capaces de emerger y proliferar sin la necesidad de un arquitecto que las ordenara? Bueno, a mí me da la sensación de que la complejidad referida a la exigencia espacio-funcional se ha visto bastante crecida
en la llamada época contemporánea, todo ello espoleado por un crecimiento demográfico desmesurado que no nos ha dejado más opción que apelotonarnos en espacios urbanos y, por consiguiente, formar profesionales del urbanismo, quizá porque en estos  tiempos sí que es necesaria ciencia alguna, ya que seguramente acabó volviéndose un problema esto de vivir todos en comunidad.

Así que partiendo de que es necesario un profesional que se encargue de la estructuración y diseño de nuestro hábitat y que en toda ciencia siempre debe poderse ahondar, innovar y evolucionar, mi conclusión es que claro que un arquitecto tiene cosas nuevas que ofrecer, pensar que hemos conseguido optimizar este apelotonamientos sería un tanto inocente, de hecho.