La ciudad de Copenhague es un ejemplo a estudiar en el desarrollo y cambio de modos de desplazamiento y cómo estos afectan a la forma de la ciudad. También ofrece un catálogo de tipos de vías, desde las más confluídas, calles que se instauran casi de forma peatonal, hasta sinuosos caminos que se dibujan en los parques.

La forma más correcta de observar la evolución de esta ciudad es viendola en cierto modo, viva, por lo que se tiende al uso de la técnica cinematográfica. En esta película dirigida por Howard Davies se representa un Copenhague de 1941, previo al Finger Plan, y que ya toma un puesto en el ámbito internacional como cuna del avance científico posterior.

La calidad escenográfica del medio nos ayuda a imaginar cómo cada uno de estos paseos de llegada y partida, tanto de Bohr como Heisenberg, implican el tipo de ciudad al que nos enfrentamos.