¿Ganar la calle = ganar ciudad?

Creada el 25 de Enero de 2014 a las 17:58 por Javi_Montes

Proyecto: Urban Games 2013
Tema: Diálogos
Coordinadores: abarca dacama

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Comentario del fragmento "Introducción. Las dos formas de compartir la calle" Fuente de la imagen: http://www.ganarlacalle.org/

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La calle es un elemento de gran urbanidad e interés en la ciudad actual si bien algunas son concebidas de forma acertada como espacios públicos frente a otras que no son más que vías de circulación(como las rondas o autovías urbanas), que debido a su mala adaptación y concepción se han convertido en auténticas fronteras dentro de la misma ciudad.

Solo se tiene en consideración el espacio privado y personal pero, ¿qué sería de la ciudad sin esos lugares potencialmente aptos y apropiados para la vida en sociedad, para el encuentro?

Lo que sí está claro es que la calle es un elemento principal de la ciudad pero de la que se ha olvidado su carácter social y espacial dada su funcionalidad desde el punto de vista tecnológico o técnico.

 

Esto me hace plantearme, ¿vivimos en ciudades de individuos o de ciudadanos?¿Nuestra ciudades son para coches o personas?

Actualmente hay un esquema presente en gran número de ciudades y es el ciclo densidad de comunicación y movimiento <--> capitalismo <--> ciudad-máquina.

Echo de menos la ciudad-pulmón o corazón y es que no vivimos en la ciudad sino para la ciudad, no la adaptamos a nosotros sino que nosotros lo hacemos a ella.

En muchas ocasiones se pretende abarcar mucho y no solucionar nada: plazas en las que no hay nadie, aceras en las que no se puede pasear ,etc. Hay que ser radicales en ese sentido, si se quiere una calle peatonal que se puede andar, si se desea un lugar estancial que se disponga de lo necesario como asiento, sombra, etc; se trata de seguir unas directrices y no perder nunca de vista la figura del ciudadano.

 

El problema de la ciudad quizás sea que pensamos en el qué y en el dónde pero no en el cómo.

Se suele dar algo sistemático y directo:

A _¿Qué necesito?

B _Una plaza

A _¿Dónde?

B _Ahí

¿Fin del proceso?

Error, ¿qué hay del cómo?. Retrocedamos y preguntémonos algo más. ¿Cómo se debe habitar esta lugar?¿Cómo ha de articularse?¿Es simplemente una plaza o algo más?

 

No hay una única solución para los problemas de la ciudad y mucho menos una solución cerrada porque no todos los requerimientos son iguales, y si se trata de un proyecto para una sola persona que puede o no gustar, pero si se trata de una ciudad debe responder a su heterogeneidad o por lo menos preverla, dar la posibilidad de que convivan las variantes de la ciudad.

Esto es lo que mejor funciona en la ciudad, el parque para todos, no el parque de noche o para ricos o de un barrio u otro; si se mantiene en unos límites de proyecto y se adapta al sitio concreto siempre será mejor un proyecto versátil y abierto, ahí está la riqueza.

 

Si bien arquitectura y urbanismo son lo mismo en cuanto a que partiendo de una idea se responde a un programa, las variables a tratar o tener en cuenta son exponencialmente mayores o por lo menos a una mayor escala.

Es por ello que hay un mayor número de mejores arquitectos que urbanistas y es que en parte eso se nos inculca o autoasumimos que no tenemos competencia en la arquitectura de la ciudad, más allá de la arquitectura doméstica.

El urbanismo es arquitectura a más escala, pero no de dimensiones sino de variables o conceptos.

Así pues para el diseño de un objeto para nosotros mismos podemos encontrar como impedimento o cuestión el de una persona (uno mismo), pero si es el proyecto de una ciudad con 100 000 habitantes distintos pueden ser 100 000 visiones distintas; si a esto le sumamos que para un proyecto de escala doméstica hay que analizar 10 aspectos (mínimo simbólico) se nos pueden plantear 10 problemas, pero si para esa ciudad de 100 000 habitantes hay que estudiar 100 aspectos pueden dar lugar a 10 000 000 de problemas y no hay solución posible para eso.

Lo que quiero reflejar con este ejemplo extremo es que la ciudad es que como un acertijo, la solución o propuesta puede gustar o no, apasionar o desilusionar pero si se dan una serie de pistas, guías y pautas que dan lugar a la reflexión terminan por despertar el interés común en busca de algo aceptable.

 

En definitiva, la ciudad no es un jardín que se nos da para cuidarlo si no que más bien es un terreno fértil en el cuál nosotros depositamos las semillas que crecerán en función de lo que las cuidemos o cómo lo hagamos.

¿Cuál es el problema? Si dejamos que las "malas hierbas" dominen la ciudad puede que en un futuro no crezca nada productivo y bello, habrá muerto la ciudad, y nosotros con ella.

Todo ello se trata de un ejercicio mental continuo del que todos formamos parte y al que tenemos mucho que aportar.

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