Proyecto: Urban Games 2013
Tema: Recursos
Coordinadores:
abarca
dacama
Comentario crítico sobre la Introducción
Del libro de Carlo Martí Aris titulado:
Las Formas de la Residencia en la Ciudad Moderna
Vivienda y ciudad en la Europa de entreguerras
Este libro hace una reflexión general sobre la función de la ciudad moderna, haciendo un gran análisis de las diversas experiencias y relaciones que vinculan la tradición urbana.
En la introducción de este libro se discute el problema de la desaparición lenta de la ciudad tradicional y la emergencia de la cultura moderna:
La ciudad jardín
La ciudad concentrada
La edificación lineal
En las primeras décadas del siglo XX el tema de la vivienda, se convierte en Europa en un tema fundamental de investigación.
Son muchos los textos, las propuestas y también los debates que reflexionan sobre el tipo de residenciales que se deben construir.
En estos años que se escribió este libro 1991 proliferan los ataques a los modelos de aquella época, a estos modelos urbanos se les llama “Arquitectura moderna”, la cual es rechazada junto con sus modelos urbanos, vistos por pura negación o simple rechazo de las formas históricas de construcción de la ciudad.
Llamamos “Ciudad tradicional” a las ciudades europeas y norteamericanas de antes de la revolución industrial, en estas ciudades la célula fundamental del tejido urbano estaba compuesto básicamente por casas unifamiliares, con patio donde se superpone la unidad familiar con el local para la actividad productiva (vaquería, herrería, quesería, huerto y gallinero etc.…) convirtiéndose la calle y las plazas en el lugar del intercambio y el trabajo.
Con la aparición de la industria se produce la separación entre vivienda y trabajo, la presión demográfica provoca la densificación en altura, sustitución de la casa unifamiliar con la vivienda colectiva propia de la ciudad industrial.
Pero la culpa de este cambio, según Carlo Martí, no es de la “arquitectura moderna”, esta surge como una crítica a la ciudad especulativa generada por el desarrollo industrial.
La Arquitectura Moderna fue un producto de la revolución industrial y no fue la culpable de la desaparición de la ciudad tradicional, solo aportó ideas para la nueva situación en la que la revolución industrial dejó a la ciudad tradicional, por lo tanto la Arquitectura Moderna surgió por la destrucción de los valores que sujetaban a la ciudad tradicional.
El autor de este libro, trata de demostrar que esta idea de ciudad está concebida por unos conceptos anteriores que tienen su origen en la cultura histórica de la ciudad, además de creer que es un prejuicio y que esta “Arquitectura Moderna” se vincula intereses especulativos y reducciones gremialistas, por lo tanto se han demonizado, negando el uso de un riquísimo legado de ideas que pertenece a la Bauhaus al bagaje histórico de la arquitectura del pasado.
Por este lado tengo que darle la razón al autor Carlo Martí ya que hoy en día en la mayoría por no decir en todas las escuelas de arquitectura se ha seguido enseñando que Le Corbusier y Mies Van der Rohe fueron admirables, y dejaron un legado que es de la arquitectura como progreso social y de obligado estudio para las nuevas generaciones de arquitectos. Esto se debe a que es en esta época cuando se empieza a considerar la arquitectura como un arte y a fijar los principios arquitectónicos de una nueva era.
Me parece interesante señalar aquí una cosa que he observado y es que antes de la arquitectura moderna o estilo internacional, el estilo neoclásico había dejado paso a un estilo llamado modernismo, este estilo arquitectónico es diametralmente opuesto al modelo fijado por La Bauhause, creo que no se pueden entender como dos maneras tan opuestas de entender la arquitectura pudieron ser tan cercanas en la historia.
La arquitectura modernista entre 1890 y 1910 es muy decorativa con elementos naturalistas, ondulaciones, libertad e imaginación, recuperando y mezclando estilos arquitectonicos con profunda decoración de carácter envolvente, sin olvidar la funcionalidad de los edificios pero sacando la arquitectura de las normas convencionales. ¿A que es debido que estos dos estilos tan contrapuestos surjan en el seno de una misma sociedad?
La respuesta está en mí entender que la arquitectura modernista surge en unos años carentes de guerras y en paz social. Las casas construidas en este estilo, y ahora pienso en Barcelona y en Gaudí, son casas de ricos, los obreros tenían que vivir en casas citroën o apilados en ciudades verticales, cerca de las industrias donde trabajaban.
Aunque el autor de este libro lo niega, no debemos engañarnos, la Arquitectura Moderna llamada más tarde Estilo Internacional tiene un estigma de casas para el hacinamiento de pobres obreros, según algunos autores su desaparición fue a las 15:32 del 15 de julio de 1972 cuando se dinamitó el complejo habitacional Pruitt Igoe en St. Louis, una versión premiada de la “máquina para la vida moderna” de Le Corbusier. Fue dinamitada por considerárse un lugar inhabitable.
En mi opinión queremos dejar atrás este movimiento, simplista, abstracto y desangelado, pero seguimos atrapados en la modernidad, siguiendo sus reglas y principios, las mismas reglas y principios de La Bauhaus.
No debemos engañarnos, el factor modernizador es el capitalismo, creo que en esta época, la auténtica crisis es la del capitalismo, y creo que está próximo el cambio de sistema ya no se sostiene y las pruebas la tenemos todos los días en los telediarios. La ruptura de la modernidad viene de la mano de la ruptura del modelo económico capitalista.
Carlo Martí defiende la arquitectura moderna, yo no le puedo quitar en absoluto el valor histórico y técnico que tiene pero creo que la arquitectura moderna es producto de una época entre guerras y de las necesidades por el aumento de población y por la industrialización, por eso creo al contrario que este autor que la arquitectura moderna no está muy relacionada con la historia arquitectónica anterior cambiando las formas y los elementos del ladrillo por el cemento armado y cambiando las ciudades con plazas, mercados, teatros, parques y zonas de ocio a ciudades dormitorios (la máquina de vivir de Le Corbusier) la llamada ciudad vertical.
Estas ciudades dormitorios, marginales carentes de belleza y de color, sin sitio para el ocio y recreación. Casar para vivir sin disfrutar, habitadas por obreros que trabajaban 18 horas diarias, construidas a los lados de la fábrica o industria donde trabajaban, como una extensión más de la industria.
Los llamados barrios obreros nacieron de esa necesidad de tener a los obreros viviendo alrededor de la fábrica, de ese hacinamiento surgieron los movimientos obreros.
Después de la II Guerra mundial, la arquitectura moderna reacciona de manera gradual distanciándose poco apoco de las reglas, experimentando y dispersándose en sus prácticas desde los años 80 en adelante donde entiendo empieza el posmodernismo o también la arquitectura contemporánea.
En la actualidad el modelo económico de derroche vertiginoso de materias primas para sostener el consumismo atroz, llegando a ver de una manera natural como se programan los electrodomésticos, móviles, televisores, automóviles… etc. Para que se autodestruyan (Obsolescencia programada) parece un auténtico atentado terrorista contra el planeta y todos los que vivimos en él. La extracción de materias primas, el gasto de energía para la construcción y luego el acumulamientos de basuras.
El consumismo en el que estamos inmersos fruto de la revolución industrial primero y del capitalismo consumista después, solo trae pobreza y contaminación, y este planeta que acabará siendo un enorme basurero.
Me es difícil predecir hacia donde puede ir la arquitectura del presente y del futuro. Para mí, los llamados “edificios inteligentes” controlados totalmente por ordenador no han marcado más que la incapacidad de los arquitectos de concebir en forma sostenible lo que sus mentes planean. Creo que deberíamos volver a la arquitectura menos costosa para la humanidad y para el planeta, los arquitectos deberíamos asumir el significado real de la ciudad, porque nos sacamos nada con edificios bonitos e inteligentes sino que nuestro problema en estos momentos no es a nivel local sino a nivel planetario
Las ciudades que tenemos que construir , deben ser totalmente diferentes a las actuales pero no llenar de edificios inteligentes robotizados sino por una ciudad inteligente en armonía con la naturaleza como un ecosistema más donde se aprovechen las energías naturales al máximo sin consumo energético exterior, es decir independientes energéticamente y capaces de reabsorber los residuos.
Aunque la arquitectura va de la mano con los avances tecnológicos, después de la arquitectura moderna y posmoderna ¿Qué va a pasar?
Yo soy un admirador de la obra de Frank Lloy Wright, este arquitecto estadounidense, nacido en 1909 fue en mi entender un pionero y un visionario me gusta porque a pesar de ser el precursor de la Arquitectura moderna y un maestro para las nuevas generaciones de arquitectos europeos, en sus casas de la pradera denota un gusto por el equilibrio natural, por el respeto y el estudio de la naturaleza y la integración del edificio en el entorno, interviniendo lo menos posible y mimetizando sus construcciones con el entorno natural al que estudiaba y respetaba.
Creo que existe una tendencia a regresar al origen a lo natural a la llamada eco-arquitectura yo creo que debe tenderse a una arquitectura más humana y espiritual sin entrar a pelearse con la tecnología y los nuevos procedimientos constructivos y materiales, sino aprovecharnos de estos avances.
Pero que la construcción de edificios sea sensible al contexto en el cual se encuentra, que se tenga en cuenta además de la funcionalidad, la belleza, el pluralismo, sin miedo a mezclar estilos, a copiarlos o hacer cualquier tipo de construcción centrada en el bienestar de sus usuarios y en la armonía con el entorno natural y cultural.
Ya sé que es imposible volver a la “Ciudad Tradicional” porque después de escribir este trabajo, me parece que sería muy interesante volver a este tipo de ciudad preindustrial del siglo XIX esto es imposible porque en esta época continuamos con la revolución industrial, o eso creo.
Es una especie de fantasía creer que nuestras ciudades pueden volver a ser de casas unifamiliares, la presión demográfica no lo permitiría, ahora solo viven en las ciudades, los ricos, tener un apartamento en Manhattan por ejemplo solo se lo pueden permitir los supermillonarios, la gente trabajadora vive en ciudades dormitorios a las afueras, pero estas ciudades dormitorios en las que vivimos y yo me incluyo deben transformarse para ser pequeñas ciudades con servicios y ocio y donde existan ágoras (palabra latina que significa plaza donde la gente se reúne para charlar y hacer negocios).
Aún no hay comentarios para esta entrada. ¡Sé el primero!
Accede o regístrate para comentar y puntuar la entrada.