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En los últimos años, la ciudad de Estocolmo ha sufrido un gran aumento demográfico debido a su alza económica y hegemonía comercial e investigadora en el contexto europeo. La situación es crítica: una ciudad anteriormente capaz de soportar una población de unas 750000 personas en su núcleo urbano, se enfrenta a una masificación de casi el doble de población en poco tiempo. La solución es dotar a la ciudad de un nuevo soporte capaz de aguantar los cambios. La infraestructura es tomada como base de un proyecto urbano que pretende desdoblar Estocomo en varios niveles que se relacionan continuamente. Partiendo de un estudio de las comunicaciones y los núcleos financieros de la ciudad se establece una nueva red como un organismo vivo, que comunique (vehículo, metro y tren) e irrigue la extensión de la ciudad y posibilite la creación de nuevos entornos habitados donde la densidad de población sea menos. Esta red sobrevuela la ciudad existente sin necesidad de destruirla en la mera por disponer de alojamiento para la población nueva de Estocolmo. Está constituida por ramas principales, secundarias y terciarias que albergan el transporte público y privado en sus niveles inferiores, y sobre estos, aparecen viviendas en su extensión. Las conexiones con la cota inferior se hacen a través de puntos clave en la trama urbana (esquinas, plazas) y en ellos surgen espacios públicos cubiertos, pensados como usos colectivos. El valor más importante del proyecto sin duda es la informidad que propone. La posibilidad de adosar nuevos usos y viviendas a una red elevada, de conectar edificios a la misma y de disponer de una nueva vía pública. La infraestructura frente a la estructura.

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Imágenes del resultado final.