Al comienzo del curso, tenía muchas ideas utópicas que se fueron quedando por el camino conforme fue avanzando el cuatrimestre, ya que fuimos aprendiendo que llevar a cabo ciertas cosas no siempre resulta tan fácil como parece. No solo basta con una buena idea, si no que detrás de esa “idea feliz” es necesario muchas horas de estudio y conocimiento.

Además, durante este tiempo también he aprendido lo fundamental que es trabajar en grupo y saber coordinarse con los demás. Los problemas surgidos por la diversidad de ideas nos han enseñado a respetar las opiniones de todos y nos han ayudado a ir superándonos día a día.

Por otro lado, mi visión de la ciudad ha cambiado radicalmente. Una ciudad es mucho más que calles que separan edificios y a través de las cuales puedes llegar a diferentes lugares. Cada elemento de la ciudad tiene su trasfondo y todos responden a cuestiones de topografía, de usos, de formas, y en definitiva nada está dispuesto de manera aleatoria, o al menos no debe ser así.

El aporte del arquitecto a la ciudad es fundamental. Ya que no podemos considerar esta como una masa de edificios dispuestos al azar sobre el terreno. Para que la ciudad funcione es necesario un plan que mejore aquellos espacios vacios y la comunicación entre ellos, así como el modo en que interactúan con los ciudadanos.

Finalmente, creo que el inicio de esta asignatura queda muy lejos del conocimiento que hemos ido adquiriendo a lo largo del curso. Me resulta fundamental el análisis de todos los aspectos al desarrollar un proyecto a nivel urbano. Como arquitecta aportaría una renovación de espacios en desuso además de propuestas de modificación de los núcleos de ciudades congestionadas y la transformación de su viario, mejorando así los espacios actuales.