¿Debe ser el emplazamiento lo mas importante a la hora de concebir el proyecto, o se puede dejar en un segundo plano?

Antes del proyecto viene el analisis del lugar, del entorno y su historia, intentamos ligar lo nuevo con lo pre-existente, o al menos, nos enseñan que debe ser el factor precedente y más importante para nuestra idea. Entonces, ¿por qué  cuanto más estudiado esté el lugar, menos atractiva nos parece la intervención? ¿En qué medida debemos planear y cuándo dejar de hacerlo? No creo que planear sea malo, ni siquiera planear en exceso, siempre y cuando planeemos los puntos interesantes para el desarrollo posterior de la ciudad. Sin embargo, parece que asociamos una ciudad planeada a grandes avenidas, manzanas reticuladas y tramas ortogonales, sin darnos cuenta de que el ''desorden'' de calles serpenteantes, sorpresivas, edificios aparentemente dispuestos al azar como puede ocurrir en el casco antiguo de cualquier ciudad, también es otro tipo de orden, y también fue fruto de algún tipo de planificación en su tiempo. Quizás por ello las nuevas ciudades puedan parecer pobres, poco sorprendentes y monótonas, rendidas a la sucesión de elementos; estamos acostumbrados a caminar por grandes calles rectas en la que todo a nuestro alrededor se va repitiendo (árboles, bancos, fachadas, cruces, etc) y todo parece igual, y por ello puede resultar más interesante ese aparente ''desorden'', porque nos sorpende. Podríamos tratar de 'planear el azar', es decir, planear cosas esenciales dejando un margen para el cambio en el futuro, para que la propia ciudad se vaya modificando sola, no por ello dejándola en el descuido.

Nuestra percepcion de lo que es una ciudad moderna está asociada a un tipo de orden, cuando en realidad, no sgnifica que algo no ordenado no esté planificado.

Una cuestión importante a tener en cuenta es la opinión de los propios ciudadanos y sus necesidades, porque aun siendo los urbanistas los que deban guiar el proceso de planificación y hacernos entender sus objetivos, son los habitantes los que conformarán ese habitat que el diseñador pretende crear o modificar. No se trata solo del proyecto, sino del ambiente que se crea con el, su gente, sus posibilidades. Es un aspecto clave por tanto  cuestionarnos cómo deben ser las preguntas ante las necesidades, hay que establecer objetivos que planteen posibilidades viables y variables, y sobretodo, con los que se pueda experimentar, porque al fin y al cabo, cada nuevo proyecto de urbanismo tiene como precedente el anterior, bien por su exito o por su fracaso, y es la experiencia el eje central de todo el planteamiento.