Debemos reivindicar un espacio público con sentido, y no como algo que llene los vacíos obligados que toda trama urbana debe tener.

Encontremos los valores de un territorio y hagamos que participen en los usos públicos a la hora de crear una plaza o un parque.

Un ejemplo del mal hacer lo estamos viendo en la actualidad en los ensanches de las ciudades, nuevos márgenes en los que se elimina el patrimonio natural de la zona para levantar sobre él la nueva ciudad, y posteriormente se crean plazas y parques donde antes habitaban arboles, plantas y animales que ya estaban allí antes de la llegada del hombre.

Lo correcto sería plantear el crecimiento de estas ciudades con un proyecto que respetara y pusiera en valor estos lugares, y no creando un nuevo ecosistema artificial.