Los ejes en el proyecto de la ciudad

Rosa Barba

La importancia y el motivo de la presencia de los ejes en una ciudad es diferente, dependiendo de cual funcione tiene este eje. 

Lo que mas ahora me viene en mente son los Champs Elysees de Parigi, un grand bulevar cuya función es de conectar monumentos de la ciudad ma que también ha sido creado, como todas las calles diseñada por Haussmann en su intervención en Parigi, para mejorar y facilitar la viabilidad y jerarquizar la ciudad. La grande importancia de este eje ha sido aumentada para la creación de la nueva zona de la Defense, donde desde el nuevo arco es posible conectar visualmente el Arco de Triunfo. Esto es un gesto de dibujo urbano, una manera de acentuar este grande eje estratégico.

En la ciudad de New York, en cambio, todos parecen ejes fundamentales, también por la magnitud de la ciudad, sino también por la forma misma geometrica de los dibujos del trazado urbano.

Lo que creo ahora el dibujo de un nuevo eje en una ciudad contemporanea no puede hacer, es solo conectar lugares. La grande fuerza del eje no es solo en su sencillez de dibujo y de facilidad de conexión, sino también en lo que este espacio ofrece directamente a los ciudadanos, a la gente que sale y decide de atravesarlo. Un espacio que, aprovechando de su importancia en la ciudad, permite a la gente de disfrutarlo en todas las maneras. 

Por ejemplo, lo que me ha parecido atravesando los Champs Elysees, ha sido la sensación de una calle infinita donde siempre pasan coches y que por esto no se puede explotar a lo mejor, y donde las únicas  atracciones son las tiendas y los lugares donde comer. Realmente no hay casi ningún banco o lugar donde pararse para hacer algo, no solo caminar.

Por esto decidir proyectar un eje no es siempre, como quizá se piensa, la manera ma sencilla para una renovación urbana. Las consecuencias y los problemas que eso conlleva son muchos porque se tienen que tener en cuenta muchos factores urbanos, urbanísticos, de conexión, arquitectónicos, pero también sociales. 

Los ejes son armas a doble filo, porque pueden aportar mejorías a la ciudad, como definir una nueva centralidad y conectar lugares fundamentales, pero pueden también dividir la ciudad y crea espacios vacíos no usados de una manera completa por los ciudadanos.