Proyecto: Urban Games 2014
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
Los ejes de una ciudad formalmente son simples geometrías, abstractas, pero pueden llegar a ser y a significar mucho más para una ciudad.
Estos ejes son parte del espacio libre que queda entre los edificios, un espacio que queda en ocasiones ignorado y que es acechado por múltiples problemas.
Nuestra profesión siempre ha consistido en planificar ámbitos, dar el paso entre lo existente y el entorno futuro. Pero la planificación de este paso va evolucionando conforme va evolucionando el entorno; los problemas que siempre nos hemos planteado como el clima se suman ahora a nuevos problemas como la contaminación. Pero a pesar de ellos no podemos renunciar al fin último de la arquitectura: firmitas, utilitas y venustas.
La naturaleza en la que vivimos es un tesoro frágil por lo que debemos encontrar el instrumento de intervención, la forma más adecuada o la solución más económica pero todo ello sin renunciar a la historia de esa naturaleza en la que vivimos. Se puede aprender mucho de la historia. Esto lleva a arriesgar desde lo que sabemos y a comprobar lo que experimentamos.
Los ejes han poblado el campo y lo han convertido en ciudad además de de servir para conducir el movimiento. Son geometrías que provienen de la abstracción, que dan forma a la estructura urbana, que son la pauta sobre la que se sustenta el tejido urbano, que cruzan lugares, que los unen y separan a la vez, que se adaptan y modifican la topografía, que muestran al fin y al cabo un dominio del hombre sobre el territorio.
Los ejes son un recurso histórico que ya utilizaban los egipcios o los romanos (cardo y decumanus) a través de los que fundaban la ciudad, o a través también de las murallas medievales o ríos se fundaba una ciudad.
Ya no hay viarios que hacen ciudad y territorio a la vez. Durante años hemos estado pendientes de rehacer una ciudad contínua, compacta y con límites precisos y nos hemos olvidado que conectarla con el resto del territorio. Debemos recomponer las piezas que hoy ocupan nuestro territorio, conectarlas, unirlas. Pero ello a través de un espacio que sirva para algo más que para movernos, crear recorridos, establecer visuales, descubrir escalas mayores... Un eje, que tampoco tiene que implicar movimiento, pero sí relación, indicar que el vacío es más poderoso incluso que el lleno.
Por todo esto la ciudad de hoy será menos una ciudad de ejes únicos y simplemente geométricos y más un espacio de tejidos.
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