La piel de la ciudad es la zona de contacto con el habitante, es el suelo y los distintos planos del mismo, que generan espacios o recorridos, que ordenan y dotan de sentido urbano. "La ciudad es una máquina cada vez más rica y diversa." Con éstas palabras Solá-Morales explica el nuevo entendimiento que merece la ciudad moderna. Que si bien no goza de una estética ni de un orden que clásicamente han sido motivos de belleza, sí que extraen belleza de su complejidad, de su dinamismo, de su diversidad. Esto la dota de mayores posibilidades. Caos, desorden, es otro tipo de belleza, otra forma de entender el urbanismo y otra vía para ofrecer soluciones. La diversidad es el elemento fundamental de emoción en la ciudad actual.

Sola-Morales también habla acerca de una urbanidad material, relacionada con la acumulación de cosas, y afirma que es necesario acertar en esa cuestión a la hora de planificar.