El autor pretende dejar claro que no puede haber dos ciudades iguales, ya que cada ciudad surge por unos motivos específicos, con unos habitantes particuares, un momento singular y tiene una memoria única. Por desgracia, es cierto que actualmente se está malinterpretando el concepto de globalización y la ciudad moderna está tendiendo a adoptar las mismas soluciones en sitios tan diversos como lo son sus culturas. 

Esto hace peligrar la singularidad no sólo de una ciudad entendida como arquitectura, sino la personalidad de los habitantes que en ella desarrollan sus vidas. Una ciudad no debe perder su identidad, no podemos permitir que en todos los barrios nuevos aparezca un macdonallds por ejemplo, que una arquitectura sea válida para contexos tan diferentes como son dos ciudades. 

Por último, añadir que cada persona, cuando comienza a andar por su ciudad la ve a su propio modo, dependiendo de sus experiencias, si esose pierde, se habrá perdido el sentido de la ciudad.