parte de una situación de privilegio como es la pertenencia a una familia de tres generaciones de Arquitectos, debe ser estimulante crecer entre continuas reflexiones arquitectónicas.

En mi opinión responde a una ética y una estética de los 80, muy diferente de la ultima década de explosión mediática de la Arquitectura y reniega de la llamada Arquitectura de estrellas, y del esnobismo actual de las ciudades en clara competencia por albergar un edificio de “los grandes”.

Defiende la necesidad de una de la Arquitectura física y materia frente a la abstracción de una Arquitectura solo de ideas que no aporía nada a la sociedad.

Me guata la idea de una Arquitectura de que se siente, que se toca, la distinción entre ciudades formalmente correctas pero “sosas” y la introducción de sentimientos como pasión, deseo, humanidad que revelan una visión de la Arquitectura como una experiencia vital.

Me parece interesantísimo la reconversión de la base de submarinos Alemanes de Saint Nazaire (Francia), como la a través de una intervención Arquitectónica se pueden borrar emociones negativas, revertirlas, recuperar el espacio y transformarlo en un lugar vivo, positivo pero sin borrar la memoria. De nuevo la idea de una Arquitectura humana, que provoca y crea sentimiento.

Comparto tanto la idea de crear antipremios y derribar un edificio al año el peor, pero como decidir cual?......así como la actual visión de la Arquitectura como trampolín profesional y personal, la ausencia de vocación, quizás la única ventaja de la crisis sea una reordenación en este sentido.