Proyecto: Proyecto de Desarrollo Urbano (PDU)
Tema: Temas 5 y 6
Coordinadores:
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CRÍTICA SOBRE EL APARTADO DE “EL RASCACIELOS” DEL LIBRO DELIRIOS DE NUEVA YORK DE REM KOOLHAAS
Link de descarga de la presentación: https://www.dropbox.com/s/irxbw5o4xnwvtwu/Delirios%20de%20nueva%20york.pptx?dl=0
“Delirios de Nueva York” es un libro en sí bastante crítico, lo que nos lleva a posicionarnos obligatoriamente a favor con tan sabia elección del lenguaje y de las metáforas. Repartido en tres diferentes apartados, que nos permite entender perfectamente las etapas diferentes por las que pasan las construcciones en Manhattan y el por qué finalmente se llega a la creación de una Ley tan necesaria para frenar la libre construcción en los edificios, que tanto daño estaban haciendo a su estructura como ciudad.
Manhattan pasa por diferentes etapas en las que la colaboración de los arquitectos o su ausencia, es relevante. Ya que los primeros rascacielos se elaboran sin supervisión o diseño de arquitectos; y estos mismos constructores y personas de poder, convencen al resto de habitantes, por supuesto con las opiniones de los arquitectos acalladas, de que son tan necesarios en Manhattan por contar con tan reducidas dimensiones y no ser posible su expansión ya que se encuentra situada entre dos ríos.
Estos constructores, simplemente buscaban dinero y parcelas para realizar así edificios que cada vez tenían más plantas, gracias al dominio de las estructuras metálicas y de la creación del ascensor, y que albergaban, evolucionando en cada edificio que se iba construyendo, tanta versatilidad de elementos en su interior; desde apartamentos, oficinas, restaurantes, comercio, hoteles, etcétera, que resultaba inexistente la vida de esa población en el exterior de estos gigantes. Sí, población. Eran poblaciones las que residían en estos edificios. Porque se quejaban del Edificio Flatiron por sus 22 pisos de altura, pero esto fue incrementándose hasta las 39 plantas del edificio Equitable; y su ambición se encuentra en el rascacielos de 100. ¿Una locura, verdad? Tratándose de que se estaba empezando el siglo XX, sí.
Mientras tanto, los arquitectos se ven presionados por las masas y sus exigencias de la creación de edificios de una manzana en los que se alberguen todo tipo de actividades y actuaciones recreativas para la población, o como se les denominaba, parques interiores. Permitiendo así que se construyeran a lo máximo por manzanas, convirtiendose así “un archipiélago de manzanas”. Bueno, algo es algo, ¿no? Al menos se comienza por delimitar el espacio ocupado por los edificios.
El querer impresionar se mantiene tan latente y es tan fuerte la rivalidad existente entre edificios (el lujo de todos ellos y sus instalaciones, así como la innovación) que se intenta proyectar en su interior tantos estilos diferentes para entretener al visitante, que pareciera como si se hubiese reescrito la historia.
Edificios como el Equitable, que albergaba infinidad de finalidades en un mismo edificio, crean un gran deterioro al entorno provocando así este deterioro también a la economía de comercios de las desiertas calles. Es entonces cuando se cree obligatoria -por fin- la reglamentación de estas construcciones arquitectónicas con la Ley de Zonificación de 1916.! ¿Era por tanto Nueva York esa ciudad “sin alma” como asegura Chueca Goitia en su libro “Breve historia del urbanismo”? Parece que sí. Pero, ¿lo es actualmente? ¿O gracias a la Ley de Zonificación es por lo que podemos envidiar actualmente a los suertudos que pueden residir en la “capital del mundo”?
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